MONTAÑA

Lecciones prácticas para evitar los aludes

La Semana de la Seguridad de Cerler concluye hoy con una práctica de los Greim en Ampriu.

Carlos Carracedo, de amarillo, con esquiadores en 'Gallinero'.
Lecciones prácticas para evitar los aludes
HERALDO

«Casi el 90 % de las avalanchas que afectan a los esquiadores son producidas por los propios esquiadores». El entrecomillado es de Carlos Carracedo, del Equipo Barrabés, que el pasado viernes intervino en la Semana de la Seguridad organizada en la estación de esquí Aramón Cerler. Nada mejor que un ejercicio práctico para conocer de primera mano cuáles son los riesgos en montaña. La estación concluye hoy la citada semana con una demostración práctica de los especialistas en montaña de la Guardia Civil en el llano del Ampriu.


Carlos Carracedo condujo a un grupo de esquiadores por la zona de 'Gallinero' para explicarles cómo detectar las zonas de riesgo en la montaña. Un ejercicio práctico que puede ayudar a un esquiador a escaparse ante situaciones comprometidas, cuando se encuentra fuera de pistas. «El primer paso -explica- es hacer una planificación de nuestra actividad. Ver el boletín de peligro de avalanchas, donde lo más importante es la información no el valor numérico que lo acompaña», y que se puede ver en la base de cualquier estación de esquí.


El riesgo de avalancha está acotado a la escala europea de 1 al 5, sobre el peligro máximo. En los últimos años la confianza ha ganado terreno a la seguridad. Es decir, se ha restado valor a los puntos intermedios que son asumidos como poco peligrosos cuando la realidad es que «el mayor número de accidentes se producen con valor 3», recuerda Carracedo.


La uniformidad en la montaña no existe. Por eso hay que tener en cuenta una serie de variables que pueden servir de escaleta donde analizar cuál es el grado de riesgo que un esquiador se puede encontrar en un fuera pistas. La altitud, la orientación, la pendiente, las formas del terreno , elementos de fijación y rotura del manto nivoso, la acumulación de nieve reciente y en cuánto tiempo, la visibilidad, los vientos previos y existentes en ese momento, la temperatura son variables que hay que tener en cuenta para hacer una actividad con la máxima seguridad posible.


Carlos Carracedo explica que en los fuera pistas los esquiadores tienden a basar la seguridad en los elementos de rescate como son el Arva, la sonda y la pala. Apuesta por la prevención por saber moverse en un medio hostil por lo que recalca que la planificación de la actividad debe ser clave para prevenir los accidentes. Es preciso tener en cuenta que la fuerza de una avalancha es brutal. Arrasa con todo. Además de las heridas que un accidentado puede sufrir en el arrastre, una vez que el alud se ha detenido, la probabilidad de encontrar a personas sepultadas con vida disminuye conforme pasa el tiempo de enterramiento. Si la persona está totalmente cubierta y viva cuando se detiene la avalancha, en el primer cuarto de hora la probabilidad de encontrarlo con vida es de casi un 100%, esta disminuye a un 35% al cabo de media hora y a un 10% a las dos horas.


En pistas, el principal riesgo reside en uno mismo y en los demás cuando se actúa por encima de las posibilidades o se confía tanto en las mismas que se pierde el dominio de las tablas, según recalcan los expertos.