HUESCA 1 - ALBACETE 0

Camacho, otra vez determinante

El Huesca llega al final de la primera vuelta con 25 puntos después de ganar al Albacete en un partido muy trabajado. Camacho, con su sexta diana del año, selló una victoria clave.

Camacho, pese a estar muy sujetado, supo desmarcarse bien para llegar al remate en el primer y único gol del partido.
Camacho, otra vez determinante
RAFAEL GOBANTES

Esta vez sí, Camacho se fue corriendo a por Roberto para agradecerle el gol que le había puesto en bandeja. Un tanto que sirve la segunda victoria en casa, tres puntos y coloca al Huesca con 25 en el ecuador de la Liga. Números prometedores a sabiendas de que queda sufrimiento para rato. Calderón regresó para situarse en el banquillo contrario y experimentar la amargura de la derrota en un escenario que le fue amable. Su Albacete, no obstante, dejó señas de identidad suficiente para intentar huir de los puestos más dolorosos.


El partido no ocupará lugar de privilegio en las hemerotecas. Tanta intensidad engulle el fútbol y lo somete a una atmósfera de desasosiego. Se rifan balones, nadie pone poso, se apuesta por lo vertical con demasiada facilidad. Es Segunda División y tampoco podemos aguardar exquisiteces más que con cuentagotas.


Además el frío tiene que influir por fuerza. Al Albacete lo tuvo un poco paralizado en la primera parte y al Huesca, un tanto obtuso a la hora de elegir la forma de avanzar metros. No había brillantez, pero sí una entrega pasional e infinita, la que caracteriza al equipo azulgrana, la que ayuda a mantener la tensión de los aficionados en El Alcoraz.


Dos disparos de lo más pusilánime de Roberto y algún contragolpe bien llevado por Adriá es lo más jugoso que brindó un primer tiempo áspero, en el que parecía que se enfrentaban dos almas gemelas, obsesionadas en el cierre de huecos con disciplina espartana. Si en esta categoría deciden los pequeños detalles, se entiende que el juego parezca tan robotizado muchas veces. Y claro, puede resultar muy monótono.


Pero hubo un gol y eso siempre provoca sonrisa y desolación en el césped, euforia y confusión, jugadores que se crecen y otros que entran en conflicto con su papel en el terreno de juego.


Hubo un gol y fue de Camacho, de quién si no. Molinero vio el desmarque de Roberto, que voleó para toparse con Keylor Navas. Lo mejor que hizo Torreta fue tener sangre fría para descubrir qué más podía llegar de esa jugada que no había muerto. Sereno, sirvió a Camacho para que este fusilara a placer. El aragonés se fue a por su compañero como loco. Es su sexto tanto en el campeonato. De 15 que lleva el Huesca. El año pasado ya fue fantástico para este media punta que finalizó con ocho dianas. Ahora lleva dos menos en media Liga. Mejor que no lo tiente nadie en el mercado de invierno. Porque tiene el perfil ideal para jugar detrás de un nueve y encontrar posibilidades con formidable intuición.


Tras el descanso, el Albacete ofreció una versión más completa de lo que es capaz de hacer. Se le había visto organizado, aguerrido e incluso ágil en alguna contra. Pero en el segundo tiempo hizo veinte minutos de mucho mérito. Se puso mandón, le metió miedo al Huesca en el cuerpo, le obligó a dar un paso atrás y lo toreó por aquí y por allá para plantarse cuatro veces dentro del área pequeña en situaciones muy francas para hacer gol.


Fueron minutos de zozobra que desgraciadamente señalaron a Ochoa, que en un par de acciones en las que dudó -en una es posible que le hicieran falta- facilitó la sangría en la línea defensiva y que los manchegos se abalanzaran sobre Andrés anunciando a gritos un empate que no llegó.


El público se impacientó y Onésimo, es de suponer que movido por más argumentos, retiró al central riojano del campo para meter a Sorribas y retrasar a Helguera al eje de la zaga. Y la verdad es que las convulsiones desaparecieron por varios factores, entre ellos que 'Sorri' se puso a perseguir a todo hijo de vecino vestido de blanco, echó el cierre a las líneas de pase, cometió alguna falta táctica, se ganó una tarjeta y, además, aportó frialdad cuando el balón tenía que vivir con más calma su transición hacia la portería manchega. En suma, que este chico es muy listo para este juego y por eso cada vez le da más minutos Onésimo.


Superado el tembleque, ahuyentados los indios, el Huesca recuperó el balón y estuvo en condiciones de armar alguna contra letal. Para ese cometido se hizo debutar a Toni Rodríguez, un zurdo de clase cedido por el Celta que, con cuatro cosas, demostró que hay jugador con enjundia. El tipo es frío como él solo, aguanta el recorte hasta el final, incluso con cierta provocación, no le quema la pelota en los pies y ve el fútbol con nitidez. Es prematuro juzgarle por tres detalles, pero hay quien es capaz de calar en la primera impresión que deja.


Con Gallardo para el circo de las pérdidas de tiempo se agotó un partido de mucho sufrimiento entre dos equipos que, o mucho nos equivocamos, o van a pelear por lo mismo en el último mes.


Al Huesca se le multiplica la autoestima en vista de que ahora le viene otro partido en casa contra otro equipo de abajo, como es la Ponferradina. Ganar ese encuentro abriría un horizonte muy generoso camino de la primavera.