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Rubén vuelve al Alcoraz como el principal peligro

El delantero canario va camino de firmar los mejores números de su carrera. Acumula 13 goles en la liga y cinco en la Copa del Rey.

Rubén Castro -izquierda-, en una imagen de archivo
Rubén vuelve al Alcoraz como el principal peligro
EFE

Con la derecha, la izquierda o la cabeza, Rubén Castro muerde. Pica, araña. Lo saben los equipos que le han sufrido en las últimas temporadas. Lo sabemos todos. El delantero canario posee una amplia colección de maneras de definir ante la portería contraria. Lo que no cambia es su forma de celebrar los goles. Une las palmas de las manos y se las lleva a la cabeza formando un pico. Así se le recuerda en el Huesca, cuando hace dos temporadas conformó con Roberto García aquel ataque que aterrorizaba a sus enemigos. Fue el mejor de ese curso y el máximo goleador con 13 dianas. Las mismas que acumula con el Betis en 18 partidos y que le convierten en la principal amenaza esta tarde.

Rubén marcó un aparte en aquel periodo. Nadie se le acercado entre los delanteros que han actuado en el conjunto azulgrana después de su salida. Es probablemente el futbolista que más diferencias ha marcado en los tres proyectos de la entidad en la categoría de plata y su influencia ese curso no admite recelos. La fuente del gol se ha secado en las dos últimas temporadas y el Huesca ha sufrido como no lo hizo antes. El grancanario sentó un precedente difícil de repetir. Eso, a pesar de que levantó algunas críticas en su día. Se apuntaba hacia su presunta indolencia en algunos partidos, defecto que minimizan sus impresionantes estadísticas y que le emparentan con otros arietes bajo ese perfil genial.

En el Betis ha encontrado el premio que merecía, la lumbre que antes se había apagado y que le había extraviado de hacerse con un hueco confortable entre la elite del fútbol español. Probablemente dé el salto a Primera en el Benito Villamarín, donde aún le quedarán dos años más de contrato. Allí se le idolatra, algo que no sucedió en plazas como las del Nástic, Racing de Santander, Albacete o Deportivo, que le tuvo en propiedad varios años sin que se asentara jamás en los planes de Lotina. Su cima la holló en Las Palmas, donde fue pichichi de Segunda en la 2003/04 con 22 tantos. Despreciado en Riazor, se movió de cesión en cesión, entre ellas en el Huesca. El pasado curso recaló en Vallecas y alcanzó la estimable cifra de 14 goles, dos de ellos a su ex equipo en el Teresa Rivero. Su buen papel como azulgrana propició un viento de cola para actuar en un club más grande. Sin embargo, se quedó sin el ascenso.

De la mano de Mel su siguiente parada sería el Betis. Un histórico titubeante en el plano institucional y económico que ha conformado un proyecto ganador. Así se ha demostrado desde la primera jornada. Solo han cedido dos derrotas, en Albacete y Cartagena, y tres empates, además de haber hecho goles en todos sus duelos. Rubén se estrenó en la tercera jornada, en Elche, y desde entonces casi no ha parado; Valladolid, Albacete, Ponferradina, Las Palmas, Salamanca, Rayo, Celta, Cartagena, Numancia, Barcelona B, Córdoba y Tenerife han sido sus víctimas. Salamanca, Granada, Zaragoza y Getafe, por dos veces, en la Copa. El miércoles asoman el Barcelona, el Camp Nou y el sueño de hacerse más grande. Que en El Alcoraz se lleve las manos a la cabeza, pero por perder.