Blog - Tinta de Hemeroteca

por Mariano García

NATURALEZA

¡Peligro! Galápagos de Florida sueltos por los ríos

Todavía hay muchas personas que desconocen los perjuicios ecológicos que supone la suelta de estas "simpáticas" mascotas que se venden en las tiendas de animales.

Los galápagos exóticos, de origen americano, se han adaptado a nuestros ríos y ecosistemas lacustres, compitiendo con los autóctonos.
¡Peligro! Galápagos de Florida sueltos por los ríos
E. VIñUALES

La presencia de galápagos de Florida, no autóctonos, en nuestros ríos es un auténtico peligro? no ya para las personas, sino para la salud, el equilibrio y la calidad de nuestros ecosistemas acuáticos o fluviales.

Todavía hay muchas personas que desconocen los perjuicios ecológicos que supone la suelta de estas "simpáticas" mascotas que se venden en las tiendas de animales, y que cuando crecen se hacen con el tiempo cada vez más grandes y necesitan de más cuidados. Es entonces cuando hay quienes liberan a estos galápagos en los ríos, charcas y humedales naturales, creyendo con buena intención que se tratará de un destino adecuado para el animal que teníamos en casa. Y así ha sido como este animalillo de apariencia inocente ha ido colonizando los ecosistemas acuáticos próximos a muchos de nuestros pueblos y ciudades.

Pero, ¿qué pasa realmente? Pues que el galápago de Florida, al ser más grande, voraz y agresivo, compite con otros animales del río por el espacio y por el alimento, especialmente con las dos especies autóctonas que tenemos en Aragón, el leproso y el europeo, ambos catalogados como especie amenazada. Además, el exótico, el de Florida, se reproduce con éxito a edades más tempranas que estos dos -extremo que ya se ha constatado en libertad en aguas cálidas o templadas de Aragón-, incrementando así de forma importante sus poblaciones. La gran voracidad de la mascota liberada también repercutirá negativamente en la conservación de otras especies como invertebrados acuáticos, todo tipo de peces y anfibios.

Las instituciones recuerdan que la introducción de especies exóticas e invasoras -como es el caso del galápago de Florida-, después de la destrucción de los hábitats, está considerada como la mayor amenaza para la conservación de nuestra biodiversidad. De hecho, otro caso similar, muy conocido y cercano, es el del cangrejo americano, que fue introducido en nuestros ríos en los años 70 y trajo consigo una enfermedad que prácticamente ha acabado con las poblaciones nativas del cangrejo de río o el caso del mejillón cebra, que ha desencadenado graves repercusiones tanto ambientales como económicas por los daños que provoca al obstaculizar tuberías de suministro humano. Por eso siempre se recomienda, no soltarlas en el medio natural, no comprar o regalar este tipo de animales, informar de los problemas que ocasiona este comercio a nuestros conocidos y amigos, y si uno encuentra una tortuga de agua, llamar a guardas forestales u organizaciones de protección de la naturaleza de la zona.

Prohibida la venta

Los daños causados por el galápago de Florida son tan alarmantes que en 1998 la Comisión Europea prohibió su importación y venta, pero los comerciantes le han dado la vuelta a la ley, y traen o venden otras especies de galápagos muy similares, no acogidas a la norma, y que ocasionan el mismo impacto ambiental si son liberados en la naturaleza. Las repercusiones de la suelta de especies exóticas e invasoras son siempre graves, y su control y erradicación es una tarea muy laboriosa y costosa.

Un Agente de Protección de la Naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón comenta la importancia que existe hoy de sensibilizar a la sociedad de este problema que muchos niños y adultos ignoran, y que por tanto hay que contárselo a los padres, a los amigos y a los más jóvenes. Pero ¿qué hacer entonces con estos animalillos cuando uno ya los tiene en casa y ya no desea continuar con su cuidado?


Lo mejor, en ese caso es ponerse en contacto con un APN para que pase a recogerlo y que el galápago exótico sea trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca, asegurando así, de esta manera, que nuestra mascota no será liberada en el medio natural ocasionando un problema para la supervivencia de otros galápagos y vida acuática.