La nieve complica el tráfico en 180 kilómetros del Pirineo

El Alto Aragón despidió ayer el otoño con nieve y dio la bienvenida a un invierno que, según las previsiones de la Aemet, va a comenzar con nuevas precipitaciones que permitirán mejorar las condiciones de las estaciones de esquí del Pirineo oscense de cara a esta recta final del año.

Las nevadas dejaron paisajes de postal pero muchos conductores sufrieron también sus consecuencias. A lo largo de la jornada fue obligatorio el uso de cadenas en 180 kilómetros de la red nacional y autonómica, incluyendo los pasos fronterizos del Portalet (A-136) y Bielsa (A-138) y el puerto de Cotefablo (N-260). El hielo también obligó a circular con mucha precaución por más de 120 kilómetros en el puerto de Santa Bárbara (A-132), en El Grado (A-138) y en Graus (A-1605 y A-139).

Una herida grave en Laspuña

La jornada se saldó con una joven herida grave, María del Rosario F. P., de 25 años, cuyo coche se salió de la vía y cayó al cauce del río Cinca en la A-138, cerca de Laspuña, en un tramo que, no obstante, no estaba afectado por la nieve.

Otra de las incidencias fue la suspensión de rutas escolares en el Alto Gállego: Formigal-Sallent-Biescas (14 alumnos), Panticosa-IES de Sabiñánigo (27) y Hoz de Jaca-Aso de Sobremonte-CRA de Biescas (4). Y eso que los quitanieves empezaron a trabajar a las 6.00, sobre todo desde Biescas hacia la frontera y en el Cotefablo. Óscar Aguarta, jefe de Protección Civil, explicó que la cota de nieve "fue más alta de la que esperábamos, por eso no ha habido muchos problemas, excepto algunas rutas escolares en la parte más alta del valle de Tena".

En Sobrarbe, algunos municipios como Bielsa y los del valle de Chistau se despertaron con una estampa blanca, al igual que Broto, Torla o Tella-Sin. Aunque las temperaturas no fueron excesivamente bajas, las precipitaciones fueron constantes en toda la comarca, sobre todo en las zonas más altas. Las rutas escolares no sufrieron modificaciones, solo algún ligero retraso en los recorridos más largos. La labor de los quitanieves evitó más problemas.

Mientras, en la Ribagorza, las nevadas fueron especialmente abundantes en el Alto Ésera y ocasionó trastornos circulatorios aunque no afectó al transporte escolar. Por la tarde, la nieve dejó paso a una persistente lluvia. "Hemos visto alguna salida y ha sido obligatorio el uso de cadenas desde Seira, sobre todo en vías secundarias y accesos a núcleos ya que a pesar de que la quitanieves ha ido pasando en repetidas ocasiones, ha caído mucha nieve toda la mañana", explicó Arturo Minchot, de Protección Civil.

En la zona Oriental los servicios de Protección Civil tuvieron que actuar por el hielo en accesos como los de Luzás y Caladrones, donde hubo algunas salidas de vía leve. El fuerte aguacero también provocó un accidente en el acceso a Aler, cerca de Benabarre, pero solo hubo daños materiales.

Precisamente las nevadas dejaron 10 centímetros en las estaciones de esquí. Sin embargo, a mediodía la lluvia hizo aparición y se diluyeron estas aportaciones "por lo que nos hemos quedado igual que estábamos", aseguraron desde la estación de Astún. En el vecino centro de Candanchú ocurrió lo mismo, aunque ambas prevé hoy y mañana nuevas precipitaciones para mejorar los espesores de cara al aluvión de esquiadores de las vacaciones de Navidad, que esperan que llegue a partir del domingo por la tarde o lunes.

Idéntico pronóstico tienen las estaciones de Aramón (Formigal, Panticosa y Cerler) que ayer también recibieron nieve y lluvia. Fuentes del grupo se mostraron optimistas ya que las previsiones apuntan a más nevadas y a un descenso de temperaturas, lo que facilitará el trabajo de los cañones para fabricar nieve artificial.