Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

ACTIVIDADES NAVIDEÑAS

Villancicos para combatir el frío

Centenares de vecinos recorrieron el centro de Huesca en la tradicional ronda de la asociación cultural 'Acordanza'.

En la Correría los niños atacan a los dulces antes de continuar la ronda de villancicos.
Villancicos para combatir el frío
RAFAEL GOBANTES

La zambomba tiene un diente y no puede comer pan". Así comenzó ayer la ronda de villancicos que a pesar del frío sacó a cientos de personas de sus casas para disfrutar del ambiente navideño que ya se respira por las calles de Huesca.


Un año más la Asociación Cultural Acordanza, junto a otras organizaciones y grupos folclóricos recorrieron ayer el casco viejo en su habitual ronda de villancicos y pidiendo el aguinaldo. Durante más de una hora y media, pequeños y adultos entonaron todo tipo de canciones propias de estas fechas ataviados con indumentaria popular y acompañados por instrumentos de percusión como las panderetas, la botella de anís o los triángulos, pero tambiénde guitarras, bandurrias y guitarricos.


"La Navidad está pensada para los niños, como todas las fiestas de invierno: desde San Nicolás hasta Reyes. Los protagonistas son ellos", aseguró Pablo Gracia, presidente de la Asociación Acordanza y director del coro. El recorrido comenzó pasadas las 18.30, en el antiguo colegio Sancho Ramírez, como viene siendo ya tradicional y finalizó en la Asociación Osce Biella.


Varios comercios esperaban impacientes que la ronda pasase por su puerta para ofrecer dulces, rosquillas, y hasta chucherías para los más pequeños. La primera en abrir su puerta para recibir a la ronda fue Modesta Gracia, de confecciones 'El Barato', con sus dos cajas de rosquillas caseras que llevaba toda la tarde cocinando y un vino para calentar a los músicos y cantantes. "Participo desde el primer año porque soy del barrio, oscense y amiga de todos", contó Modesta. La ronda se despidió de ella con 'Entre pajas' y agradeciendo lo ricas que estaban sus rosquillas. "Son las mejores del mundo", gritó una de las mujeres, al tiempo que retomaban la marcha.


"Los niños esperan este día de un año a otro con gran ilusión", comentó una de las fundadoras de Acordanza. Unos metros más arriba, les ofrecieron polvorones a cambio de otro villancico. Y al llegar a la Correría un grupo de mujeres aguardaba al final de la calle con una mesa con multitud de dulces, algunos de ellos elaborados por ellas mismas, otros comprados en alguna pastelería. Tampoco faltaron los refrescos y y el vino. "El comercio de la Correría invita todos los años a bizcochos, palmeras, etc. porque es algo muy bonito", relató Rosa Casas. Aquí, se hizo otro breve descanso para disfrutar de los dulces y pocos minutos después la ronda se encaminó al Palacio de Villahermosa, dirigidos siempre por el presidente de 'Acordanza', botella de anís en mano, para marcar el ritmo y acompañar los cantos, ataviado con indumentaria tradicional.


"No se ha introducido ningún villancico nuevo en el repertorio. Así, la gente se aprende las incorporaciones que hicimos el año pasado y de este modo consolidamos todas las canciones", explicó Pablo Gracia. Esto ha facilitado la labor de los músicos que llevaban preparando este acto varios días atrás, aunque conozcan la mayoría de las partituras de memoria.


Esta ronda comenzó en 1999, con dos o tres villancicos. Ayer, once años más tarde, se cantaron quince villancicos, algunos muy conocidos como 'Suenen las panderetas', o 'A Belén, pastores'. Pero todos tienen un origen común, han sido recatados de los cancioneros populares de todo el territorio aragonés. Un hecho que gustó a las cientos de personas que disfrutaron de una tradición que año a año gana más adeptos en la ciudad.