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El Huesca quiere prolongar su momento dulce

Onésimo, que no podrá contar con Marcos, lesionado, y Echaide, sancionado, quiere ver un equipo ambicioso, que dé un paso importante en su afán de salir de la zona baja.

El navarro Jokin se lleva la pelota ante sus compañeros durante una sesión de entrenamiento.
El Huesca quiere prolongar su momento dulce
JAVIER BLASCO

El Huesca se marchó ayer a Villarreal donde hoy espera demostrar que su reacción no es flor de un día, que ya tiene más claro a lo que juega y, sobre todo, que el camino hacia el gol, asignatura pendiente, aparece despejado. A las seis y con la tele autonómica en directo, el equipo de Onésimo tratará de arañar al menos una parte del botín en el campo de unos chicos que tienen por dogma cuidar con mimo la pelota. Pero seguro que albergan puntos débiles. Y ahí está el reto.

El equipo azulgrana ha reaccionado. Empezó con dos empates y cinco derrotas. Era lógica la preocupación. Tanto como las dudas. Pero en los nueve partidos siguientes, a base de robustecer el centro del campo, solo ha perdido uno, atrapado tres victorias y firmado cinco tablas. La media de estos dos últimos meses es de salvación holgada. Solo hay que mantenerla. Y el solo no significa que sea sencillo.

El Villarreal no es lo que era porque sus mejores perlas ya están en otros negociados de mayor responsabilidad, pero aun con todo tiene un bloque joven y talentoso, movido por la motivación de triunfar en Primera.

El choque tiene un marco diferente al del año pasado. Entonces quedaban tres partidos para acabar el campeonato y el Huesca andaba con la soga al cuello. Si no puntuaba estaba condenado al descenso. Pudo encajar una docena de goles pero Doblas multiplicó sus tentáculos en una tarde memorable. Y cuando la derrota por la mínima parecía inevitable, una pifia del portero sirvió a Camacho el tanto del empate. Mejor pensar que fue un milagro.

El de mañana es otro panorama. El equipo ha sacado la cabeza para coger oxígeno y ver que la duodécima plaza está a tres puntos de distancia. Se toca con las manos. Solo es un triunfo. Y el Villarreal carbura, conserva su estilo cariñoso con el esférico, pero no es tan letal como en el año del debut.

Con Marcos lesionado y Echaide sancionado, Onésimo dará entrada a Robert en el lateral izquierdo y Ochoa como central junto a Corona. Lo normal es que luzca el trivote en la medular, con Sastre para escobar y repartir y Bauzá y Helguera para bregar y tapar líneas de pase. Para los últimos metros están Camacho, Gilvan y Roberto de referencia.

J. G.