La XIX edición de la más importante travesía española con perros de tiro sobre tierra, Monegros 2010, finalizó ayer en Castejón de Monegros con un balance positivo tanto para los participantes como para la organización de la prueba. El cambio de formato, se corrió bajo la fórmula 'non stop' ha sido todo un éxito, aunque tal y como asegura el director de carrera, José Manuel Orós, "una experiencia muy dura". No en vano quienes tomaban los tiempos, los veterinarios y quienes formaban parte de los retenes de apoyo han dormido poco estos días, ya que muchas noches las han tenido que pasar en vela pendientes de los cronómetros, de los perros y de que los mushers no se perdieran.

Fernando Pardo, de Binéfar, fue el primero en completar los 140 kilómetros de la prueba. Por detrás de él, y a dos horas de distancia, llegó el barbastrense Ángel Pecondón, quien como Fernando Pardo también compitió en la categoría C (cart de 6 a 12 perros). Cerca de ellos se situó el valenciano José Luis García Roque, quien corrió en bicicleta junto a dos perros.

Fernando Pardo aseguró tras hacerse con el primer puesto que "esta tierra engancha". Pero además de por la belleza de los paraje, la carrera tiene otro atractivo para el deportista binefarense: "En España solo hay pruebas de sprint. Por eso Monegros es el mejor sitio para entrenar carreras de larga distancia". El paso del musher de Binéfar por la prueba monegrina le ha supuesto un test perfecto en su preparación para la Finnmarkslopet, una carrera de 500 kilómetros sobre nieve que el próximo mes de marzo se disputará en Noruega. En este sentido, Pardo afirmó que en el Norte de Europa "se sorprenden de que entrenemos sobre tierra, y aunque cuando competimos allí no estamos en el 'top ten' sí que vencemos a gente que entrena todo el año sobre nieve".

El barbastrense Ángel Pecondón acumula ya 17 participaciones en Monegros. Su inscripción es casi una cita obligada para él, ya que "el ambiente es muy bueno y te encuentras como en familia".

El valenciano José Luis García Roquesorprendió por sus buenos tiempos a pesar de competir en bicicleta con dos perros.