Tal y como estaba previsto, el túnel de Bielsa se reabrió al tráfico ayer a las 6 de la mañana, aunque fue algo más tarde cuando pasaron los primeros vehículos. Eso sí, las obras inacabadas de esta fase han dejado un túnel con un único carril, zanjas abiertas a ambos lados de la calzada y un firme irregular con grava suelta.

Entre dos y tres vehículos se paraban ante el semáforo en rojo que da paso alternativo cada 14 minutos, una decisión que se tomó por seguridad. En ambas vertientes, dos operarios vigilan cualquier incidencia comunicados mediante walkies para, en caso de necesidad, regular el tráfico durante los fines de semana en momentos de mayor afluencia de vehículos o durante las horas punta de los esquiadores que viajan a las estaciones francesas.

En la primera jornada de la reapertura del túnel, fueron más los franceses los que se animaron a venir a España, tras los dos meses y medio de incomunicación a través de este paso, con lo que las matrículas francesas volvieron a verse por la carretera A-138 que vertebra de sur a norte la comarca de Sobrarbe. El aparcamiento de la estación de servicio de Parzán, el más cercano a la frontera, se animó al mediodía y se dieron una veintena de comidas.

Pese a que las reservas para el puente festivo "están flojas", según los datos de los hosteleros de Bielsa, desde la Asociación de Empresarios de Sobrarbe esperan que la temporada vaya remontando poco a poco y que los precios de las estaciones francesas, como la cercana Piau Engaly, animen a las aragoneses a pernoctar en los establecimientos de la zona.