Pozos-fuente del Somontano

Las catedrales del agua

El Pozo Nuevo de Laluenga es el más monumental. Su visita nos permite entender qué es un acuífero subterráneo y nos demuestra el gran ingenio de nuestros antepasados en la búsqueda del agua.

Cámara del manantial del Pozo Nuevo de Laluenga, hoy iluminado y convertido en atractivo turístico de este pueblo al sur del Somontano.
Las catedrales del agua
E. VIñUALES

En Laluenga y otros pueblos del Somontano de Barbastro se encuentran distintos pozos-fuente, obras de arte etnológicas a través de cuya visita es posible el encuentro con los acuíferos, es decir, con esas bolsas de agua subterráneas de las que se alimentan y dependen otros muchos humedales superficiales de Aragón. Los pozos-fuente del Somontano de Barbastro representan a un 'humedal' un tanto especial. Que nadie espere encontrar aquí patos, aves limícolas y otros animales.

Pero la visita a estos lugares, ocultos, cuyo acceso ha sido creado por la mano del hombre, nos va a permitir adentrarnos en el nivel freático de las aguas subterráneas, ayudándonos a entender de una manera muy didáctica qué son los acuíferos -esas bolsas de agua que se almacenan bajo tierra-, y por tanto a comprender la complejidad dinámica e hidrogeológica que tienen otros muchos humedales de Aragón como Gallocanta o Chiprana, que se alimentan en buena parte de aguas subterráneas, procedentes de la lluvia que se infiltra en el terreno y se acumula entre capas geológicas impermeables -de tipo arcilloso- que la retienen.

Los pozos-fuente de localidades como Laluenga, Laperdiguera, Monesma de San Juan, Adahuesca, Lagunarrota o Ponzano no son los típicos pozos de brocal que muchos imaginamos al nombrar un pozo. Estos pozos-fuente del Somontano -ya en vecindad con los áridos Monegros- son obras monumentales de gran interés etnológico donde se refleja el afán de las gentes de esta tierra por garantizar el acceso al agua como un medio de supervivencia para poder beber, lavar, regar... Casi todos ellos poseen una rampa con escalones -en parte descubierta- que desciende hasta la cámara abovedada en cuyo interior se almacena el agua. Se construyeron así para que el diario acceso al manantial fuera más cómodo. Y la mayor parte de ellos son obras medievales que la tradición oral atribuye a los moros. Su construcción conllevó un enorme esfuerzo para las gentes de antaño que demostraron así su gran ingenio para dar solución a una grave carestía de agua.

Pero es en la localidad de Laluenga donde se halla el Pozo Nuevo, al que muchos ya conocen como 'la Catedral del Agua', un precioso manantial situado 30 metros por debajo del suelo, con una gran bóveda de cañón y con bella obra de sillares perfectamente escuadrados y montados. De todos los pozos fuente es, sin duda, el más monumental.

Una larga escalinata cubierta conduce al fondo, la cámara del manantial de agua potable, de donde parten tres galerías que se fueron excavando en aquellas épocas de máxima sequía. De hecho, en el muro del fondo se halla un escudo con fecha de 1766 que se refiere a una de las sucesivas reparaciones sufridas.

Pero el Pozo Nuevo no es el único de Laluenga. Entrando en el casco urbano del pueblo, oculto bajo una calle, pero con el acceso de una moderna escalera metálica de forja en forma de caracol, se halla otro bonito pozo-fuente también digno de ver: el llamado Pozo Alto donde antiguamente abrevaban los animales y donde se cuenta que se ponían a refrescar los porrones. En un tercero, el Pozo Salado, el agua no era apta para el consumo.

El pozo nuevo de Laluenga se puede visitar libremente, no hay nada que lo impida. Y junto a su entrada se localiza el Centro de Interpretación de los Pozos Fuente del Somontano, singular espacio de dos salas y paneles retroiluminados que nos describe la estructura, función y origen de estas construcciones hidráulicas. Echando unas monedas el museo se abre automáticamente -en horario de 9.00 a 22.00 en verano, y de 10.00 a 20.00 en invierno-, y el fondo del Pozo Nuevo se ilumina. Desde Laluenga parte una ruta temática que, en coche o en bici de montaña, permite conocer estas catedrales del agua.