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Botellón en el patio del recreo

El colegio de San Vicente cerrará desde hoy las puertas de su patio cuando acabe la jornada lectiva. Quiere evitar así los actos vandálicos en el recinto.

En algunos tramos la valla resulta accesible.
Botellón en el patio del recreo
JAVIER BLASCO

Apartir de hoy el patio de recreo del colegio San Vicente de Huesca dejará de ser una plaza más del casco antiguo. La comunidad educativa, harta de aguantar conductas poco cívicas y de limpiar las huellas del botellón del fin de semana, ha pedido el cierre del recinto cuando acaben las clases, algo que autorizó el Ayuntamiento hace solo unos días.

Desde esta mañana un cartel advertirá de la prohibición de entrada fuera del horario lectivo. Un candado en la reja será la primera medida, aunque no evitará que los intrusos se sigan colando, y no para jugar al baloncesto precisamente. Y es que las vallas que lo rodean son fáciles de saltar en algunos puntos del perímetro, lo que obligará a recurrir a la vigilancia de la Policía Local para hacer respetar la orden.

Este centro, pegado a la muralla, data de 1920, aunque su historia se remonta al siglo XVI, cuando fue fundado como centro de aprendizaje de varones ilustres. La singularidad de su patio radica en que tiene la consideración de plaza pública. Era la antigua plaza de San Vicente, donde jugaban los alumnos a falta de un lugar al aire libre en la escuela y que finalmente acabó vallándose por seguridad. Sin embargo, las puertas no se cerraban al acabar las clases porque se consideraba que era una de las pocas zonas de juegos con que contaba el barrio.

La comunidad educativa se ha quejado reiteradamente de la suciedad y los destrozos causados por personas que acceden al colegio a partir de las seis de la tarde, cuando acaban las actividades lectivas. Al inicio de este curso el Consejo Escolar decidió pedir al Ayuntamiento que se cerrará como plaza pública. "Por la mañana, y sobre todo después del fin de semana, encontramos el patio sucio y en malas condiciones, con las canastas de baloncesto rotas, basura...", explica la directora, Carmen Galbán. Asegura además que "cada dos por tres se rompen cristales de las ventanas", lo que además de un gasto supone un peligro para los niños.

Galbán reconoce que el problema no se resuelve con un candado, habrá que se subir la valla. De momento, y a la espera de saber quién paga esta obra, si Educación o la administración local, el Ayuntamiento se ha comprometido a que la Policía Local intensifique la vigilancia. Tratándose de un recinto cerrado podrá conminar a los ocupantes a que lo abandonen. La directora se mostró "contenta y agradecida" por la medida, "es por lo que hemos luchado".

El Ayuntamiento ha hecho gestiones con Educación para que sea la dirección provincial la que suba el vallado del recinto, aunque con el recorte presupuestario no parece que pueda ser posible a corto plazo. La concejala de Educación, que a su vez lo es también de Seguridad Ciudadana, Amalia Aso, dijo de momento la Policía Local velará porque se respete la orden. Justificó que hasta ahora no se haya tomado la medida porque antes en el barrio apenas había espacios de recreo. Este déficit se ha cubierto con el parque de la Universidad y la plaza de la Constitución, en el campus. "Cada vez el patio se usaba menos, y además se hacía un mal uso, por parte no de niños sino de adultos. Los lunes había que ir con la barredora porque hacían botellón. Era la suciedad y todo lo que conlleva", señaló Amalia Aso. "Es el único patio que tiene este colegio y hay que cuidarlo".

Por su parte, el representante municipal en el Consejo Escolar, el concejal del PP José María Gella, se mostró de acuerdo con el cierre "porque como mínimo significará que a quien entre se le podrá sancionar", evitando que los niños "se encuentren por la mañana con una jeringuilla, un preservativo o ropa íntima, como ha pasado". Sin embargo, advierte de que el candado no resuelve el problema ya que fácilmente se puede saltar la valla. "Sea el Ayuntamiento o Educación, habrá que elevarla".

El patio de San Vicente era el único que se quedaba abierto además del de Salesianos. En esta escuela el recreo se puede usar toda la tarde, aunque los usuarios no tengan vinculación con el centro. En una ocasión estuvo varios días cerrado como 'castigo' porque reiteradamente desaparecía el cartel con las normas de uso.