La escalada del Lobe Huesca hacia la tranquilidad tiene parada esta tarde en tierras gallegas. Los oscenses buscan su quinta victoria consecutiva, que equilibraría el saldo entre triunfos y derrotas, cinco y cinco, y les sustentaría en una zona tranquila de la clasificación, a salvo momentáneamente de cualquier peligro. Espera el Aguas de Sousas Ourense (19.00), otro viejo conocidos de los tiempos de LEB Plata y cuna del técnico Ángel Navarro, pues fue jugador y entrenador en aquella plaza.

Por encima de nostalgias, los verdiblancos se postulan como favoritos ante un conjunto que es penúltimo con un solo partido ganado -al Tarragona, colista- y parece abocado a sufrir por mantener la categoría. Es decir, que se trata de un rival directo del Lobe con el que se puede empezar a poner tierra de por medio. Este pronóstico no supone aventurarse en un terreno peligroso, sino que obedece a las trayectorias de ambos contendientes.

Los oscenses tienen la única baja de Stevie Johnson. Que no es poco. El pívot americano sufrió el miércoles pasado en el partido contra el Breogán un pinchazo en la parte posterior del muslo y se retiró por precaución, para evitar que la lesión se pudiera agravar. Johnson es además duda para enfrentarse el viernes al Palencia en el Palacio y durante la próxima semana se le someterá a diversas pruebas para calibrar la seriedad de la lesión y el periodo de recuperación. Es una ausencia sensible, pues el pívot presenta algunos de los mejores números individuales del Peñas en anotación o valoración, pero la plantilla cuenta con recursos suficientes para no echar de menos al MVP de la pasada temporada.

La expedición partió ayer por la mañana de Huesca, con un primer tramo hasta Zaragoza en autobús y, de allí, en tren a Orense. Los guardianes del Pazo Dos Deportes Paco Paz no atraviesan por un buen momento. Entrenados por Paco García, no está teniendo fortuna en los finales, a los que ha llegado con opciones en los últimos tiempos pero se han encontrado con la cruz de la moneda. Por líneas, hay que vigilar de cerca a su base Michael Mokongo, al alero Salva Arco o al pívot Jonathan Kale. El Lobe sabe que si la gestión del encuentro no se le escapa de las manos evitará llegar a un final tan apurado como el del Breogán, sin ir más lejos.