SUCESOS

A prisión el detenido por el crimen de Sabiñánigo tras confesar que mató a la anciana para robarle

El Juzgado nº 1 de Jaca imputa a Carlos Muñoz López dos presuntos delitos de asesinato y robo con intimidación.

Carlos Muñoz López salió ayer esposado de los juzgados de Jaca, desde donde fue trasladado por la Guardia Civil a la cárcel de Zuera.
A prisión el detenido por el crimen de Sabiñánigo tras confesar que mató a la anciana para robarle
L. ZAMBORAíN

Carlos Muñoz López, de 38 años de edad, ingresó ayer en la prisión de Zuera por orden del Juzgado de Instrucción nº 1 de Jaca como presunto autor del crimen de una anciana de Sabiñánigo, Teresa Lardiés, que el pasado 3 de agosto apareció muerta bajo la cama de una habitación de su piso y amordazada con una toalla.


La juez dictó el auto de prisión preventiva sin fianza tras escuchar la declaración del detenido que, según diversas fuentes, reconoció ser el autor del asesinato primero ante la Guardia Civil y finalmente en sede judicial. Le imputa dos presuntos delitos de asesinato y robo con intimidación.


Al parecer, el hombre confesó que fue al domicilio de la víctima, a la que conocía porque habían vivido durante varios años en el mismo edificio, con la intención de robarle y que después de matarla -la autopsia reveló que la mujer había fallecido por asfixia- se llevó una cantidad indeterminada de dinero que la anciana guardaba en su casa.


La Guardia Civil trasladó al detenido a dependencias de los juzgados de Jaca sobre las 11.00, después de agotar el plazo de 72 horas de que disponía para ponerle a disposición de la juez del caso. Tras declarar durante dos horas, el hombre salió sobre las 16.00 esposado y fue introducido en una furgoneta de la Benemérita que se marchó hacia la prisión de Zuera.


Desde que el pasado martes fue detenido por la Policía Local de Zaragoza cuando se disponía a entrar en el comedor social de la parroquia de_Nuestra Señora del Carmen, la Policía Judicial estuvo tratando de atar todos los cabos de la investigación. Así, antes de tomarle declaración en el cuartel de Jaca el jueves por la tarde, los investigadores realizaron diversas diligencias, entre ellas la toma de muestras de ADN_ para cotejarlas con los restos que se hallaron en su día en el domicilio de la víctima para confirmar que estuvo allí el día de los hechos.


La Guardia Civil enseguida estrechó el cerco de sus investigaciones sobre el detenido, al que conocían ya que cuenta con antecedentes por actos de pequeña delincuencia y por drogas.

Además, el hecho de que la puerta del piso de la víctima no estuviera forzada ni cerrada con llave por dentro, contrariamente a lo que era su costumbre, hacía sospechar que Teresa Lardiés conocía a la persona que había acabado con su vida y que le habría dejado entrar en su casa sin ponerle ninguna resistencia ya que era alguien de confianza.


En este sentido, cabe recordar que el detenido estuvo viviendo con su familia en el mismo edificio donde residía la anciana, en el número 82 de la céntrica calle de Serrablo. De hecho, la relación entre ambos parecía ser cuanto menos correcta ya que, al parecer, en alguna ocasión la víctima le había dado o prestado dinero.

Dificultades económicas

El presunto autor del crimen, además, parecía tener dificultades económicas ya que hace un tiempo fue desahuciado del citado piso, en el que residía junto a uno de sus hermanos, por el impago de unas deudas. De hecho, esas mismas dificultades pudieron ‘empujarle’ a la vida de transeúnte que llevaba cuando finalmente fue arrestado.


Teresa Lardiés, que estaba soltera y vivía sola, fue vista con vida por última vez el 1 de agosto, cuando salió de casa para ir a misa en compañía de unas amigas. Ante la falta de noticias, un hermano se acercó hasta la vivienda dos días más tarde y fue cuando la encontró debajo de una cama que no era la suya, amordazada con una toalla y con una de sus blusas alrededor del cuello. La víctima llevaba puesta una bata y no presentaba otros signos aparentes de violencia, aunque la autopsia enseguida desveló que había sido una muerte de carácter violento.


La noticia de que la Guardia Civil había detenido al presunto autor del asesinato fue recibida con satisfacción por los familiares de la víctima y por los vecinos de Sabiñánigo, una ciudad que quedó conmocionada tras conocer la muerte de la anciana. El alcalde Jesús Lasierra mostró su satisfacción ya que la posible resolución del caso iba a llevar la “tranquilidad” a la localidad.