SD HUESCA

El faro que ilumina la torre

Joaquín Sorribas es el principal estandarte del vestuario. Feliz por la llegada de Onésimo, el de Abella augura otro buen año en la categoría de plata.

Joaquín Sorribas, junto a la Torre Juste, uno de los iconos del municipio benasqués, donde el de Abella es una persona muy querida.
El faro que ilumina la torre
ANGEL SAHúN

Es el capitán, pero no luce los galones con altivez. Joaquín Sorribas, otro de los que lleva en el proyecto desde el minuto cero, es alguien en Benasque. Su padre es el veterinario de la zona y su pueblo, Abella, es un enclave privilegiado a veinte minutos de coche. Si uno se descuida lo pilla hablando patués con algún vecino. De mente diáfana y discurso profundo, ‘Sorri’ es una de las luces de la torre, el engranaje que necesita cualquier vestuario para evitar impurezas.


El tercer año en Segunda con el Huesca es como la tercera versión de un sueño, que afronta cada vez más maduro pero no menos expectante. Amante de la psicología, hacia donde encamina sus pasos del día después, Sorribas asume retos que van más allá de los minutos que jugará o dejará de jugar. “Quiero tener la mente firme para poder encarar cualquier situación que venga. Ese es mi objetivo, tener la mente firme”. Lo repite hasta tres veces, oyendo su propio eco. Se convence a sí mismo y a quienes le escuchan.


El centrocampista altoaragonés suele tener ojo clínico para describir ambientes. Es muy analítico pero también presta atención a las sensaciones. Y las de este año son muy esperanzadoras. “Pensaba que el vestuario del año pasado era inmejorable y, sin embargo, este aún parece mejor”, dice.


En este clima de camaradería, Onésimo y su ayudante Gerardo Izaguirre tienen buena parte de culpa. “Aportan mucho al equipo, favorecen la solidaridad y la complicidad. Hay alegría, hay sonrisas... con el trabajo bien llevado disfrutamos como locos”.


Lo que más le ha llamado la atención del entrenador pucelano -que no es del todo nuevo para él porque culminó la temporada del ascenso-, es el trato equitativo que dispensa al plantel. Sorribas remarca este hecho diferenciador con insistencia: “Onésimo quiere ser justo. Le da igual hablar a un veterano que a un juvenil. Valora a todos por igual y eso el futbolista lo agradece mucho. Aquí no hay clasismo”, insiste.


Otra de las aportaciones positivas que ‘Sorri’ ha encontrado en el preparador vallisoletano es la manera en que corrige. “No te reprocha ni te desprecia. Te ayuda a mejorar. Y la idea de fútbol que propone nos encanta”.


Tampoco se queda corto al elogiar la metodología de Izaguirre, que responde a un concepto integral en el que el balón es el centro de decisiones ‘reales’ que afectan a todos los planos, físico, técnico y táctico. “Se jacta de que nos está engañando por la cantidad de esfuerzo que nos está metiendo con la pelota de por medio”. Pero no olvida que con Cabellud y Paredes las cosas también marcharon bien. De este último dice que su forma de trabajar -podría decirse que chapada a la antigua-, les resultó “sorprendente”, pero a la larga estábamos “como cañones”.


Después de un primer año en el que lo pasó mal, con la herencia de una grave lesión en el pie y sin llegar a sentirse de verdad una parte del equipo, la segunda campaña en la división de plata resultó más gratificante. “Para esta no tengo ningún problema tampoco, me encuentro fuerte físicamente y quiero estar en la brecha, preparado para lo que toque”.

Reitera Sorribas que no se marca un objetivo de partidos, sino tener “la mente firme y clara” -fue la frase del día- para lo que haya de llegar, bien sea jugar o estar en la grada, sabiendo aprovechar las situaciones, lucharlas y estando preparado para aceptarlas”.


Dice el capitán que viendo los nombres de los equipos que están en Segunda “casi dan un poco de miedo”, pero al tiempo reconoce que el Huesca puede sentirse “solvente”. Subraya la importancia de “empezar la Liga fuertes, con un almacén de puntos que nos dé tranquilidad”.


El equipo azulgrana, undécimo el primer año y decimotercero el segundo, se ha ganado “el respeto” del resto de contendientes. “Caemos bien en toda España, se aprecia que hacemos buen fútbol y que el Alcoraz es un campo donde es difícil ganar”. Pero no por ello hay que perder de vista, según Sorribas, que “el objetivo es la permanencia, y que si la logramos en el último partido, la celebraremos con la misma vigorosidad que el año pasado”.


LLegar a Navidad con 25 puntos encarrilaría las cosas. “Si tenemos casi 30 para cuando termine la primera vuelta mucho mejor, porque al final de temporada, está claro que los equipos que necesitan ganar lo consiguen. Nosotros sacamos siete puntos de nueve en los últimos tres encuentros de la campaña pasada y pese a ello nos salvamos por muy poco”, concluye el ‘capi’ azulgrana.