FIESTAS DE SAN LORENZO

A beber calimocho al parque

Las zonas verdes cercanas al recinto de peñas se convierten estos días en una gran barra al aire libre, en la que cientos de jóvenes evitan que sus bolsillos se resientan durante las siete noches de fiesta.

Unos jóvenes beben en un banco del parque de los Olivos, el pasado miércoles.
A beber calimocho al parque
JAVIER BLASCO

Con buena temperatura y música de fondo. Los parques cercanos al recinto de las peñas recreativas (los de los Olivos y Torre Mendoza) se convierten durante las siete noches de San Lorenzo en una gran barra de bebidas en la que cada uno se sirve su copa. Se trata de los lugares elegidos por los oscenses más jóvenes para comenzar la fiesta cuando cae el sol y evitan así que su bolsillo se resienta durante la semana.


"Venimos todos los días porque vivimos aquí al lado y es más barato que beber en las peñas", explicaba Jorge, de 22 años, quien, vaso en mano, compartía un banco del parque de los Olivos con otros seis amigos el pasado miércoles por la noche.


Como ellos, muchas otras pandillas se encontraban repartidas por el césped, desde donde se escuchaba perfectamente a la Bogus Band, el concierto de las peñas. E incluso algunos aprovechaban para ahorrarse algún euro con los bocatas o las pizzas para llevar.


Todavía más cerca de la música, en el parque situado junto a la avenida de Monegros, bailaban y reían varios grupos de amigos. Una decena de quinceañeras se quejaba de que "los cubatas son muy caros y aquí el ambiente es muy bueno", aunque otra de las razones por las que hacen botellón laurentino por segundo año consecutivo es que no les sirven alcohol en ninguna parte porque son menores de edad.


"Aunque aquí no les vendamos, los jóvenes están bebiendo fuera y dentro de las peñas con las botellas que les compran", apuntaba María Auxiliadora Sanz de Siria desde dentro de la barra de la 10 D'Agosto.


Justo enfrente, en la carpa de la Alegría Laurentina, uno de los camareros, Manuel Ruiz, era de la misma opinión: "Todos vienen con la botella de casa y son muy jóvenes, aunque esperamos que el fin de semana venga gente más mayor, con la que se trabaja bastante más".


Más gente en los últimos años

El número de oscenses que se reúnen para beber cerca de las peñas ha ido aumentando progresivamente en los últimos cinco años, el tiempo que llevan las barras de las asociaciones en los Olivos, pero puede haber muchas razones. "No sabemos si es por el precio o porque lo hacen para reunirse", apuntó ayer Germán Sanromán, el edil responsable de Infraestructuras y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Huesca.


Desde dicha área se plantearon si colocaban un urinario en las proximidades de las zonas de botellón para evitar que se manchen las calles o los portales. Finalmente, explicó el concejal, "lo van a hacer de todas maneras, así que decidimos colocarlo". También se presta especial atención al mobiliario urbano cada mañana, cuando los operarios municipales se afanan para limpiar estas zonas de la periferia de la capital oscense.


Y, aunque quizá sea menos llamativo, el botellón se puede encontrar en casi cualquier parte de la capital oscense. Sin ir más lejos, en los aledaños de la plaza de López Allué, donde la música de orquesta suena cada noche laurentina, las botellas, los vasos de plástico y las bolsas de hielo también están a la orden del día. Y es que las ganas de pasarlo bien ganan el pulso a la cartera vacía en San Lorenzo.