SD HUESCA

El sueño imposible de 'Tino'

Hijo del Valle de Benasque, Valentino entrena con enorme ilusión ante su parroquia, pero sabe que quedarse en el Huesca es casi casi una quimera.

Valentino se fotografía con un joven seguidor azulgrana en la concentración del equipo en Benasque.
El sueño imposible de 'Tino'
áNGEL SAHúN

Entrena como nadie. Se entrega como el que más. La ilusión corre por él. Y su desparpajo ha crecido enteros. Valentino, la última perla de la cantera azulgrana, trabaja a destajo en la concentración de Benasque. Hijo del valle, le sobran alicientes para dejarse la piel ante sus parroquianos. Quiere convencer a Onésimo de que un día, tal vez cercano, puede jugar en Segunda División. Sabe que lo tiene complicado, pero su cabeza no esquiva el sueño.


Ya no es juvenil, etapa que culminó el año pasado colaborando de manera notable en el ascenso del filial a División de Honor. Pero en Benasque es uno de los novatos. "Intento pasar desapercibido para que no me hagan muchas bromas", asegura Valentino, encantado de sudar entre futbolistas que han hecho cosas muy importantes en la elite del fútbol. "Me siento muy a gusto en los entrenamientos, me entiendo muy bien con la gente", añade.


Solo hay una cosa que le genera desasosiego en este paraje pirenaico de auténtico privilegio y es no saber dónde jugará la próxima temporada, consciente de que permanecer en el primer equipo azulgrana es casi una quimera. "Tengo la incertidumbre de no saber dónde voy a jugar, aunque al menos han confiado en mí para estar todavía con el grupo en esta concentración".


Valentino sabe que si no coge las maletas se arriesga a pasar un año en blanco y eso es un peligro importante para cualquier futbolista en fase de formación. "No me voy a engañar, quedarme para no tener minutos no vale para nada", reflexiona.


Desde el club se le transmitió el propósito de cederlo a un Segunda B, pero de momento esta opción no ha cuajado. El futbolista se muestra resignado. "Eso es lo que se me dijo en un principio, pero parece que al final tampoco va a ser así. Si tengo que ir a un Tercera, pues será un Tercera. Igual me da estar cerca que lejos de casa, ya estoy acostumbrado, no tengo grandes preferencias. Quiero jugar y estar comodo todo el año", apostilla.


Lo que sí tiene claro el espigado delantero es que ya no es el mismo jugador timorato de hace un año, que tenía que pedir permiso hasta para ir al baño. "Tengo más confianza en mis decisiones a la hora de jugármela y decidir lo que quiero hacer. He ido creciendo en autoestima, porque las virtudes son parecidas".


Valentino ostenta el título honorífico de pichici de la pretemporada, una circunstancia que no pasa de anecdótica para él, como bien argumenta: "No considero muy importante meterle cuatro goles al Montesusín, con todos los respetos para este equipo, que no tiene un gran nivel; si bien es verdad que hay que estar en el momento oportuno para hacer esos tantos".


Lo que más valora el ribagorzano es comprobar cómo su evolución le lleva en más ocasiones a verse en situaciones de hacer gol, sobre todo en los entrenamientos. "Ver que tienes opciones de marcar es bueno. El año pasado había entrenamientos que veía que estaba allí, pero me faltaba la suerte o la tranquilidad necesaria". Y es que Valentino se ve "más hecho" porque, en un año, "algo he tenido que crecer", se dice para sí.


Oriundo de la zona, el rubio ariete con cara de niño disfruta haciendo de Cicerone con sus compañeros. Conoce los entresijos del pueblo, sus puntos de interés, lo que distingue este enclave. "Para mí es un honor enseñarles el pueblo, porque me siento orgulloso del valle en el que he nacido. Que algunos te digan que quieren volver me hace feliz".


Pero lejos de poder ejercer de guía tanto tiempo como le gustaría, Valentino vive sometido a las palizas en forma de triples sesiones que organiza el cuerpo técnico azulgrana. Onésimo no levanta el pie del acelerador. "Es lo que toca ahora, luego ya lo levantará me imagino. A algunos jugadores no les entusiasman las pretemporadas; a mí sí, porque entiendo que es la forma de llegar mejor luego a la competición".


El paso de los días, sin embargo, puede marcar su adiós momentáneo a la entidad en forma de una cesión. Él se encomienda a lo que decida el director deportivo, Agustín Lasaosa. "Desde que me dijo que se encargaba de buscarme equipo le he preguntado dos o tres veces, tampoco le quiero agobiar, bastante jaleo lleva ya, Tengo confianza en él, hará lo mejor para mí y para mi futuro".


El presente es una plantilla que considera "muy buena, no sé si mejor que la del año pasado, pero con un grupo más competitivo", concluye el canterano.