PATRIMONIO

Vía libre para reconstruir las ruinas de Saqués 40 años después de expropiarse

El Ayuntamiento de Biescas ha aprobado el Plan Especial de este pequeño pueblo ubicado a orillas del embalse del Búbal.

El año pasado se derribó Casa Borrullán, el último edificio que quedaba en pie en Saqués.
Vía libre para reconstruir las ruinas de Saqués 40 años después de expropiarse
LAURA ZAMBORAíN

Los antiguos vecinos de Saqués ven cada vez más cerca el sueño por el que han luchado durante los últimos 40 años: la reconstrucción de este pequeño núcleo de Piedrafita de Jaca que fue expropiado en 1969 para la construcción del embalse de Búbal.


Tras completarse el proceso de reversión, ahora el Ayuntamiento de Biescas ha aprobado el Plan Especial del núcleo, ratificando con ello el acuerdo tomado en el mismo sentido por la entidad local menor de Piedrafita de Jaca, después de que la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio de Huesca informara favorablemente sobre el proyecto.


Este plan fija las condiciones de rehabilitación, accesos, entorno o abastecimientos del núcleo deshabitado y contiene las determinaciones jurídicas y técnicas necesarias para que la parte no inundada de su casco urbano y las zonas colindantes vuelvan a reunir las condiciones precisas para su habitabilidad por parte de sus propietarios integrados en la Asociación de Antiguos Vecinos de Saqués, tal y como se recogía en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Biescas para este tipo de núcleos abandonados.


Los vecinos de Saqués se mostraron ayer "muy satisfechos" por esta noticia, ya que han sido "cuatro años de tramitación urbanística muy complicada y laboriosa, pero que por fin ha concluido con éxito", destacó Inocencio Arruebo, presidente de la Asociación de Antiguos Vecinos de Saqués.


Todavía no hay plazos para el comienzo de las obras porque aún queda camino que recorrer, pero tras obtener el informe favorable de la Confederación Hidrográfica del Ebro, "que fue lo más complicado", la aprobación del Plan Especial, por fin ha llegado.


Ahora el siguiente paso será acabar de redactar el proyecto de ejecución, que ya han comenzado a elaborar los arquitectos y técnicos. "Hay que hacer muchos planos, pero sobre un traje que ya está hecho. Queda concretar los detalles sobre accesos, alturas o aparcamientos", explicó Arruebo, quien cree que el proyecto estará listo dentro de 8 meses.


Seguirán el modelo de Lanuza

Mientras tanto, los vecinos deberán formar una junta de compensación, que permitirá financiar el coste de la reconstrucción, delimitar las propiedades y establecer las cuotas de participación sobre las cargas y derechos que corresponderán a cada uno de los 25 propietarios. "Para esto seguiremos la línea de Lanuza, que nos servirá de modelo", indicó.


Más adelante llegarán las obras de rehabilitación integral. "Hemos empezado a buscar presupuestos y ya tenemos algunos borradores pero no nos hemos decantado de momento por nada", subrayó el presidente de la Asociación de Antiguos Vecinos.


El núcleo de Saqués, al estar deshabitado, se encontraba prácticamente en ruinas, lo que entrañaba un serio peligro. Por ello, el año pasado, después de Semana Santa, se inició el proceso de demolición y limpieza de los elementos inestables y el acopio de materiales para reutilizarlos en la restauración.


Tal y como explicó Inocencio Arruebo, "las piedras de los muros derruidos se usarán en la reconstrucción, para conservar la antigua fisonomía del pueblo, con las mismas alturas y fachadas". "Los vecinos hicimos una importante inversión -unos 36.000 euros-, pero esto supuso un compromiso irrevocable de nuestra intención de seguir adelante y fue un buen paso", añadió.


Saqués celebra su fiesta patronal en el mes de septiembre, en honor a San Miguel, en un día de convivencia en el que se reúnen los vecinos y sus allegados. Este año la alegría será doble, ya que este núcleo, tras muchos esfuerzos de sus vecinos, por fin podrá recuperar su vida.