ATAQUES DE OSOS

Un ganadero de Bisaurri denuncia que un oso acecha desde hace semanas a su rebaño

José Antonio Bruned ya ha perdido a dos ovejas y teme que se produzca un nuevo ataque. "Hace poco lo tuve a 50 metros y cuando voy al monte, no puedo estar tranquilo".

Desde que el 14 de junio una osa de las reintroducidas por Francia atacara a su rebaño, José Antonio Bruned apenas duerme. La vida de este ganadero de Bisaurri de 35 años se ha convertido en una pesadilla. Pasa más horas en el monte y ha tenido que contratar a un empleado para que le ayude, pero lo peor es la situación de estrés que sufre porque nota la presencia cercana del animal cuando sube a los pastos de San Martín de Veri, donde cuida de un rebaño de mil ovejas.


"El rebaño está más nervioso, tengo que estar más horas allí... implica tantas cosas", explica, temiendo que lo peor aún esté por llegar, pues las ovejas pasaban ayer mismo de la zona de prado a la de bosque, más peligrosa.


Hace una semana, asegura, "lo tuve a 50 metros". No lo vio con sus propios ojos, pero "lo olieron las ovejas y el mastín y se asustaron". "Se me pusieron los pelos de punta. Dicen que a las personas no les hacen nada, pero en el monte no puedes estar tranquilo, porque llegan las diez de la noche y estás completamente solo". La cercanía del oso es más que una mera sospecha. Entonces no vio huellas, pero tres días después las encontró cerca de una colmena silvestre. "Había escarbado la tierra para comerse la miel y había pelos de oso". Afirma que constantemente encuentra rastros del animal.


Todo esto le ha ocasionado, además del desgaste personal, importantes gastos y cambios en su plan de trabajo. "Hemos tenido que contratar a un chico para recoger los forrajes porque yo tengo que estar más pendiente del rebaño y hacer más kilómetros". Desde el pueblo al lugar donde están los pastos hay 4 kilómetros.


Por lo que le han dicho los técnicos de la DGA encargados del seguimiento de la especie se trata de un ejemplar reintroducido, una hembra. Está en contacto permanente con ellos e intercambian información. Solo pide a la administración que lo ahuyente, "que lo saquen de aquí, porque los que estamos en peligro de extinción somos los pastores".


El de su rebaño fue el primer ataque registrado en Aragón este año. La osa mató a una oveja e hirió levemente a otra. Ésta, después del incidente, se quedó relegada del rebaño y posteriormente también apareció muerta, devorada por el plantígrado, asegura Bruned. "Hemos encontrado ahora el esqueleto pero seguro que la mató al día siguiente. Junto al cadáver había heces", explica el ganadero.


El ataque tuvo lugar en Gabás, otro núcleo de Bisaurri, pero al parecer la bestia le ha seguido hasta San Martín de Veri, donde están ahora las ovejas. Era el primer incidente que se recordaba en la zona de Bisaurri, donde no es habitual la presencia del oso y donde hacía tiempo que ni siquiera se veía deambular a ningún ejemplar del cercano valle de Arán. Los ataques son más habituales en el valle de Ansó, esta temporada se han registrado dos.


La situación de José Antonio Bruned, uno de los pocos pastores jóvenes que quedan en la Ribagorza, es conocida por el sindicato agrario Asaja. El portavoz de esta organización para temas de la montaña y miembro de la Cámara Agraria, Ángel Aznar, cree que existe "no inquietud, sino una gran alarma" entre los ganaderos del Pirineo. Aznar denuncia que la administración no actúa, "me gustaría que los políticos se pusieran en su pellejo". "Los ganaderos me llaman y me piden que haga algo, hay que tomar cartas en el asunto, hacer batidas o lo que sea", añade.


Su intención es celebrar próximamente una reunión, a la que convocará a un ganadero de cada valle, para acordar medidas. Como recuerda Ramón Ballarín, secretario técnico de Asaja, "en Francia los ahuyentaron con cencerros".