SD HUESCA

El magisterio de 'Sorri'

El capitán dio otro ejemplo de sensatez en la rueda de prensa de su renovación.

El gerente azulgrana y el capitán estrechan su mano como símbolo de la renovación del futbolista por una campaña más.
El magisterio de 'Sorri'
JAVIER BLASCO

Cada vez que Sorribas se pone delante de los micrófonos se sabe que no va a ser una rueda de prensa normal. Lo que dice, cómo lo dice, los ejemplos que pone, anécdotas que intercala? el de Abella tiene sello propio. Al capitán le tocó comparecer ayer para hablar de su renovación. Será la tercera temporada en Segunda y la quinta consecutiva en el club.


'Sorri' venía de Francia, de pasar unos días con su hermano. "Otra vez estamos aquí todos", fue su frase de entrada. Cuando los intereses de las partes convergen de esta manera, la relación es una balsa de aceite y no aparecen pegas por ningún lado. "No tengo ambiciones económicas en el Huesca ni materiales; ni siquiera una ambición deportiva que engrandezca mi ego o mi historia personal. Lo único que me llena es sentirme parte de este proyecto, pensar que he llegado al corazón del Huesca".


La continuidad de Sorribas es un asunto cantado al final de cada campaña. "La tranquilidad ha sido absoluta, yo me he ido de vacaciones y ni siquiera he tenido encendido el móvil. La palabra que me dieron era fidedigna".


Su carácter altoaragonés queda muy reflejado cuando habla de su situación personal. "No soy una hermanita de la caridad, quiero jugar el máximo de minutos, soy competitivo, pero también sé que estoy en el club de mi ciudad y, al margen del aspecto deportivo, debo aportar otras cosas".


'Sorri' disputó pocos minutos el primer año, pero en la presente campaña ha sido uno de los primeros recambios. "Me da un poco de rabia cuando la gente me dice que esta temporada sí que he estado bien. El fútbol no tiene memoria y así debe ser. Pero yo miro hacia atrás y veo que el año que ascendimos tuve una lesión muy grave en el pie. Decidí hipotecar mi salud porque sentí que el equipo me necesitaba. Me costó seis meses recuperarme de esa lesión. Entonces llegó un entrenador nuevo en una categoría a la que había de adaptarse. Fue duro afrontar todo eso porque casi ni yo mismo confiaba en mí. Este año ha sido distinto porque llegué a la pretemporada en condiciones normales. Y para esta próxima me siento más fuerte que nunca. Soy consciente de que tengo un millón de limitaciones, pero de cabeza estoy imparable".


Sorribas, al que apodan 'piquito de oro', tiene siempre una forma de explicar las cosas con la que se aleja de los tópicos. Lo demuestra cuando habla de sus repetidas suplencias. "Este es el equipo de mis sueños. Siendo el capitán, y por mucho que mi percepción subjetiva me haga pensar a veces que debo jugar, me encanta ser el primer ejemplo para los demás y no abrir la boca. Si estuviera en otro equipo, con el carácter que tengo, a lo mejor no podría hacerlo porque todos los futbolistas somos en realidad un poco egoístas. En mi caso, mi actitud aquí me sale sola, en beneficio de un vestuario que sea solidario y compañero. En otro equipo quizá me habría rebelado, pero en Huesca no lo voy a hacer jamás".


Sorribas repasó los dos años del equipo desde su retorno a Segunda División. "El primer año fue algo irreal por esa especie de sobre motivación que tenía todo el mundo. Me llamó la atención que se llegase a hablar en un momento dado hasta de subir a Primera o de meternos en el carro de arriba, cuando la gente que lleva el club, que tiene muchos años de experiencia, sabía que eso no era posible. En el segundo año es cuando hemos visto la auténtica realidad de la Segunda y eso es lo que nos vamos a encontrar también este año, una competición en la que, gracias a Dios, los presupuestos se notan menos de lo que deberían notarse. Este año, con el cambio de formato, todavía va a ser más dura. A la cuesta de mayo y junio habremos de llegar con algo más de aire porque si no se pasa fatal con esa presión".