MONTAÑISMO

Graus hace cima en el Buen Tiempo

Es la primera cordada española en hollar este pico bautizado por James Cook y que está en la frontera entre Alaska y Canadá.

Uno de los miembros de la expedición del CER por la arista que lleva a la imponente cima del Fairweather.
Graus hace cima en el Buen Tiempo
CER

El Centro Excursionista de Ribagorza (CER) ha protagonizado en Alaska la primera ascensión al Monte Buen Tiempo, irónico nombre para una montaña que está vez casi hizo honor a la realidad. Un pico en la frontera entre Alaska y Canadá que presenta un desnivel de 3.400 metros y en la que Iñaki Ruiz, Fernando Rubio, Manuel Martínez y Javier Selva han tenido el honor de ser los primeros españoles en hacer cima.


Fue el marino británico James Cook quien bautizó como monte Fairweather (Buen Tiempo) esta imponente montaña. Como ocurrió con Núñez de Balboa y su definición de Pacífico para el más tormentoso de los océanos, en esta ocasión el nombre tampoco refleja la realidad de una montaña sempiternamente envuelta en tempestades. Así lo refleja su historia; como recuerda Desnivel.com, su primera ascensión, por la conocida como Arista Carpé que fue abierta en 1931, tardó en repetirse 27 años.


Primer intento hace 15 años

Los escaladores del CER ya habían intentado hacer cumbre en el Fairweather hace quince años, pero entonces las inclemencias meteorológicas no les dejaron llegar siquiera al campamento base. Javier Selva reconoce que ahora han encontrado un "buen tiempo razonable" que les ha permitido poder culminar su aventura.


Los cuatro alpinistas llegaron el 23 de mayo en avioneta hasta el glaciar situado en el inicio de la ruta de ascensión a la cumbre. "En el año 1995 -reconoce Selva- no conseguimos llegar ni al campo base y esta vez no queríamos volver a perdernos en los interminables bosques del Parque Nacional Glaciar Bay". Desde allí afrontaron su ascensión al Fairweather por su imponente vertiente sur. Afrontaban la ascensión del que es el segundo mayor desnivel de toda Norteamérica ya que, a pesar de su relativamente modesta altura -4.671 metros-, el pico se encuentra en la cadena litoral del Golfo de Alaska y surge prácticamente desde el mar.


Tras instalar el campamento en la confluencia de varios glaciares a 1.300 metros de altitud sobre el nivel del mar y como el tiempo parecía estable, los cuatro escaladores iniciaron rápidamente la ascensión. "A pesar de su nombre -explica Selva-, esta montaña se caracteriza por una pésima climatología ya que los húmedos vientos del Pacífico descargan sobre el macizo abundantes precipitaciones en forma de nieve que han permitido un desarrollo glaciar de primer orden".


La cordada del CER inició la escalada el pasado 27 de mayo por unos corredores llenos de rígolas que a primera hora del día parecían seguras y fue ganando metros con rapidez por las zonas nevadas, pero en cuanto el sol las empezó a calentar se convirtieron en peligrosas zonas proclives a las avalanchas. Tras pasar a la roca, de una pésima calidad pero no muy difícil técnicamente, los expedicionarios acabaron la primera fase de la ascensión después de casi 14 horas de escalada y de haber salvado 1.200 metros de desnivel e instalaron su primer campamento en una pequeña grieta de la pendiente nevada.


"El día 28 tan solo ascendimos 600 metros en 5 horas por un terreno nevado de razonable inclinación. Instalamos nuestro segundo campamento en una rimaya que nos ofrecía un mirador de excepción sobre las montañas de alrededor y nos preparamos para el asalto a la cima ya que el tiempo continuaba estable", rememora Selva apuntando que el día 29 "madrugamos mucho y salimos sin peso". A pocos metros de la cima, un muro de unos diez metros en hielo que va de setenta a una salida de casi noventa grados supuso el penúltimo obstáculo ya que había que salvar una gigantesca grieta antes de hacer cima.


"Entre la subida y la bajada al campo 2 empleamos 22 horas sin tregua, 26 si incluimos los preparativos", explica el alpinista del CER. Junto con sus compañeros de cordada, el día 31 regresaron al glaciar donde estaba el campo base "después de descender por la propia vía con 12 rápeles y haber recorrido unos 3.400 metros de desnivel tanto de subida como de bajada". Culminaban así la primera ascensión al Fairweather, el mentiroso pico donde no suele reinar el buen tiempo.