TRADICIONES

Un aguacero desluce la Feria de la Cereza, que solo vende 5.000 kilos, la mitad que otros años

Los productores estuvieron toda la mañana recolectando hasta que a las 13.30 cayó una trombra de agua de 27 litros.

Tazas, delantales, bolsas de pan, chapas, platos de cerámica... La plaza Mayor de Bolea se llenó ayer de 'merchandaising' con la imagen de la cereza como protagonista, un delicioso fruto rojo que atrajo un año más a cientos de visitantes hasta esta localidad de la comarca de la Hoya para disfrutar de la XI Feria de la Cereza. Un aguacero que cayó sobre las 13.30 y que descargó 27 litros de agua deslució certamen ya que los productores locales solo pudieron vender los 5.000 kilos que habían recolectado hasta entonces, casi la mitad que otros años.

Prueba del creciente interés que ha despertado esta feria en los últimos años es que a las 8 de la mañana ya había tres autobuses y muchos coches particulares de visitantes llegados de lejos esperando a adquirir cereza, cuyo precio osciló entre 3 y 4 euros por kilo.

Pese a la lluvia de por la tarde, Pedro Bergua, alcalde de La Sotonera, municipio al que pertenece Bolea, no ocultó su satisfacción "porque llevamos ya once ediciones de la feria y cada año tenemos más visitantes y más proyección".

El sol lució buena parte de la mañana, lo cual facilitó que los productores fueran recogiendo cerezas para ir cubriendo la demanda. "Están los campos llenos de recolectores para suministrar a los visitantes", dijo Bergua, quien incidió en la alta calidad del producto, "porque al ser una cereza de secano, concentra todo el azúcar y tiene mucho sabor y color".

Limitaciones de espacio

La plaza Mayor se quedó pequeña en algunos momentos de la jornada por el aluvión de visitantes. El alcalde de La Sotonera, sin embargo, reconoció las "limitaciones del casco urbano", pero rechazó la posibilidad de trasladar la feria a otro lugar y de ampliar su duración. "Sacarla fuera del pueblo sería un error y, además, la producción todavía depende de mano de obra proveniente sobre todo de unidades familiares y quizá no habría suficiente producto fresco para hacer una feria todo el fin de semana", resaltó.

"La gente la quería hasta mojada"

Mientras, Bibi Sanvicente, presidente de la Asociación de Amas de Casa 'A Cerecera', una de las impulsoras del certamen, aseguró estar "emocionada y agradecida" por la masiva respuesta de visitantes. Sin embargo, lamentó que los visitantes que llegaron por la tarde a la feria no se pudieran llevar cerezas a sus casas. "La gente nos decía que les daba igual, que se la diéramos mojada, pero no podíamos hacer nada", declaró con resignación.

Con todo, la presidenta de 'A Cerecera' valoró el esfuerzo de los vecinos "porque así como otros años los boleanos siempre guardaban fiesta el domingo para disfrutar de su feria, hoy a las seis de la mañana daba gusto a familias enteras yendo al campo para ir surtiendo de producto a la feria".