Jaca revive la batalla del Viernes de Mayo en un día radiante y lleno de emoción

Miles de jacetanos entonaron el himno frente al consistorio como colofón a una intensa mañanaUn año más la fiesta se ha caracterizado por la ausencia de incidentes en el centro de la ciudad.

Salva lanzada por los artesanos frente a la Casa Consistorial.
Jaca revive la batalla del Viernes de Mayo en un día radiante y lleno de emoción
L. Z.

Miles de jaqueses salieron ayer por la mañana a la calle para celebrar, como desde hace 1252 años, la fiesta del Primer Viernes de Mayo. Durante toda la semana han estado pendientes del cielo, pero finalmente, el tiempo respetó y se vivió un día radiante, lleno de emoción y sentimiento. Aunque eso sí, las temperaturas no fueron muy altas. Pero esto no fue ningún impedimento para que los vecinos de Jaca rememoraran con alegría y fervor la victoria de los jaqueses, dirigidos por el Conde Aznar, sobre los musulmanes en el año 758.

Durante toda la mañana de ayer se desarrollaron los actos principales de esta popular fiesta de Jaca. Las actividades arrancaron bien temprano. A las 08.00 tuvo lugar una diana musical a cargo de la asociación Banda Municipal de Música Santa Orosia por las calles de la localidad jacetana, que ya congregó a gran cantidad de gente. Una hora más tarde, ante la Casa Consistorial, se concentró el cortejo histórico y las escuadras de labradores y artesanos para desfilar por las calles del municipio y bajar hasta la ermita de nuestra Señora de la Victoria, donde tuvo lugar la batalla. Pero otros habían madrugado mucho más ya que alrededor de esta ubicación, donde tuvo lugar la batalla, desde horas muy tempranas se fueron congregando jacetanos de todas las edades para preparar el almuerzo y retomar fuerzas para afrontar una larga mañana de fiesta.

El momento más intenso

A partir de las 12.00 fue cuando se vivió el momento más intenso de la jornada. El Conde Aznar Galíndez hizo su entrada con sus huestes victoriosas por la Avenida del Primer Viernes de Mayo. En las escalinatas del Paseo de la Constitución le esperaba el cortejo histórico y cientos de personas que vitorearon su nombre. A continuación el desfile se desplazó a la Catedral de Jaca, donde tuvo lugar el canto de la salve y el saludo de banderas. Este año, el síndico -representante del concejo y quien porta la bandera de la ciudad- fue Felicidad Nieto, la cuarta mujer que ostenta este cargo en los últimos años.

Seguidamente todo el cortejo histórico, los labradores y los artesanos se desplazaron hasta el Ayuntamiento de Jaca donde tuvieron lugar las salvas de honor y el canto del himno. Cuando sonaron los primeros acordes interpretados por la Banda Municipal de Música Santa Orosia, los jaqueses tomaron por completo la calle Mayor y entonaron el cántico tan esperado año tras año: 'Jaca libre sabe vivir a la sombra del monte Oroel'. Esta edición, como en la anterior, se ha caracterizado por la ausencia de incidentes en la céntrica vía, ya que había gran presencia policial, tanto Local como Nacional.

Los actos continuarán hoy sábado a partir de las 10.00 y hasta las 21.30 estará abierto al público el mercado medieval y a las 16.00, en los glacis de la ciudadela se celebrará la XXXI Tirada de Barra Aragonesa, organizada por el club de deportes tradicionales Primer Viernes de mayo. A las 17.00 comenzarán los juegos infantiles en los glacis de la Ciudadela, ofrecidos por los mozos de las escuadras del Primer Viernes de mayo, media hora después habrá un pasacalles de los grupos participantes en el II Encuentro de Palotiaus de la Montaña. Y por último, a las 19.00 chocolatada en la plaza Biscós y sorteo de los regalos de la rifa de los mozos de las escuadras.

Un reducido ejército

Cuenta la historia que en el amanecer del primer viernes de mayo del 758 se libró una gran batalla en las afueras de la ciudad, donde se ubica la ermita de la Victoria, en la que un reducido ejército cristiano se enfrentó a miles de musulmanes. Los jacetanos, encabezados por el conde visigodo Aznar Galíndez, aguantaron el tipo con escasísimos medios y un valor épico.

Las mujeres jacetanas también tuvieron su protagonismo, ya que al mediodía, cuando todo hacía presagiar lo peor, decidieron acudir al campo de batalla, armadas tan solo con sus utensilios domésticos. El reflejo de los rayos del sol sobre sus rudimentarias herramientas provocaron el pánico rival, y los musulmanes creyeron ver a lo lejos la llegada de nuevos ejércitos cristianos y huyeron. El regreso a Jaca se convirtió en una fiesta, en la que los jacetanos celebraron la victoria y su libertad. Fiesta que se repite todos los años, si cabe, con más emoción. El himno del Primer Viernes de Mayo, que se entona al finalizar el desfile en la calle Mayor, y que supone el momento cumbre de la celebración, recuerda esta historia, que tanto marcó a los jacetanos.