ESCUELA INTERNACIONAL DE VUELO

Casi 300 pilotos chinos se han formado en tres años en el aeropuerto Huesca-Pirineos

Top Fly realiza el 85% de las operaciones de vuelo registradas en las instalaciones. La escuela ha sido homologada por China, Vietnam y negocia ahora con Oriente Medio.

Paula, instructora, tras un vuelo de prácticas con Wang Xiubiao.
Casi 300 pilotos chinos se han formado en tres años en el aeropuerto Huesca-Pirineos
J. B.

De marzo a diciembre, en el aeropuerto Huesca-Pirineos se habla sobre todo inglés y chino.

Inglés porque es el idioma de la aviación internacional y chino porque es la lengua de los alumnos que se forman en estas instalaciones, gracias al acuerdo firmado entre Aena y la escuela internacional de pilotos Top Fly.

Este mes se cumple el tercer aniversario de la llegada de los 40 estudiantes de esa nacionalidad que estrenaron la primera escuela de este tipo abierta en Aragón. Desde entonces Top Fly, con sede en Sabadell, ha formado a 290 alumnos pertenecientes a 12 promociones. En este tiempo han ampliado sus instalaciones y su flotas y han firmado contratos con más compañías chinas. Ahora negocian la homologación de sus cursos en otros países de Asia.

Huesca-Pirineos es la segunda base de operaciones de Top Fly. Gracias a esta escuela internacional de pilotos, el aeropuerto no permanece aletargado en los nueve meses en los que no hay vuelos comerciales de Pyrenair. "Nuestra intención es seguir aquí mucho tiempo. Aunque tenemos la sede en Sabadell, Monflorite representa el 50% de la compañía", afirma Jordi Mateu, responsable de Comunicación.

Desde 2007 han sumado 67.000 horas de vuelo con su flota de aviones, y representan el principal cliente del aeropuerto. El 85% de las 21.446 operaciones registradas en 2009, según cifras oficiales de Aena, corresponden a despegues y aterrizajes de la escuela de pilotos, unas 18.000. Esta elevada actividad ha hecho que Huesca-Pirineos se sitúe en el número 21 de la lista de los 48 aeropuertos españoles, por delante de Santiago de Compostela o Zaragoza. Por contra, en número de pasajeros, Huesca está en el 45, con 6.341.

La base de operaciones oscense está copada por alumnos chinos. Los de la primera promoción pertenecían a China Airlines, pero actualmente Top Fly tiene contrato con media docena de compañías. "La asignatura pendiente que tenemos es abrir la matrícula en Huesca a alumnos nacionales", afirma Jordi Mateu.

25 instructores y 20 aviones

La empresa cuenta con una plantilla estable de unas 30 personas, 25 de ellos instructores y el resto mecánicos y personal administrativo. Pero también da trabajo a empresas de servicios de la zona, empezando por quien se ocupa de la cocina. Al principio se servía comida española, pero los alumnos no se acostumbraban y, teniendo en cuenta que pasan un año aquí, decidieron contratar a un cocinero de un restaurante chino de Huesca.

Top Fly ha ido aumentando sus cifras desde 2007. El primer año disponía de un edificio para el alojamiento, la residencia Guara del antiguo aeródromo de Monflorite. Al incrementar el número de alumnos hubo que adecuar una segunda, la Aneto. Ambas han sido rehabilitadas por Aena, con la que la escuela tienen un contrato para el uso de los edificios y las instalaciones aeroportuarias.

También ha multiplicado su flota de aviones hasta alcanzar los 20. Además cuenta con dos simuladores, ya que el curso exige 70 horas en vuelo y 90 en simulador.

En total, Top Fly ocupa 5.000 metros cuadrados de edificios, con cuatro aulas, un laboratorio de radiotelefonía, las dos residencias de estudiantes o el hangar de mantenimiento. Con esta infraestructura tiene capacidad para alojar hasta 170 alumnos (actualmente hay 70), aunque cada año forma a 120 pilotos.

Vietnam o Irán

Entre sus proyectos está la firma de contratos con otras compañías asiáticas. Además de la homologación del Gobierno chino, en noviembre pasado recibieron la de Vietnam, y hay negociaciones con varios países de Oriente Medio. Recientemente, el director de Top Fly viajó a Irán.

La compañía asegura que está "muy satisfecha" de la marcha de la base de operaciones oscense y de su relación con Aena. "El balance de estos tres años es muy positivo", afirma Jordi Mateu. Y es que este aeropuerto tiene, en opinión de Top Fly, unas magníficas condiciones para vuelos prácticos, por la proximidad al sur de Francia y a Zaragoza, y su equidistancia a la costa atlántica y mediterránea, lo que permite ejercitar al alumno en una amplia gama de situaciones y de espacios aéreos. La meteorología también acompaña, con más de 3.000 horas de sol al año. El único problema es la niebla, que en invierno obliga algunos días a alterar el calendario de prácticas.

Los alumnos vuelan a ciudades como Logroño, Lérida o Pamplona, e incluso a Almería, un destino más lejano que les permite realizar vuelos nocturnos, explica el director de la base de Huesca y subdirector de Top Fly, Rafael Juncá. El hecho de que Huesca-Pirineos no cuente con un controlador permanente no es un problema para ellos, ya que la torre de Zaragoza les da servicio cuando lo necesitan.

Mª José Villanueva