Obearagón, a las puertas del adiós

El empate cosechado en Córdoba deja a los altoaragoneses a tres puntos de distancia de la quinta plaza.

El Obearagón Huesca no pasó del empate ante el penúltimo clasificado de la División de Honor, en un duelo en el que los aragoneses no supieron cómo contrarrestar el juego de los cordobeses. Los de Senosiain pierden así un punto importantísimo de cara a lograr su objetivo de jugar el ‘play off’ para ASOBAL y más después de que tanto el Pozoblanco como el Teucro consiguieron salir victoriosos de sus respectivas citas.


El Ángel Ximénez, jugando con una gran intensidad y un alto nivel de concentración supo mantenerse dentro del partido casi siempre. Por su parte, el equipo oscense no tuvo su día y, sobre todo en los momentos determinantes del partido, estuvo espeso y no supo dar ese paso adelante para imponerse en este tipo de encuentros. Lo que está claro que al Ángel Ximénez de Puente Genil le van los grandes. Hace un par de semanas tumbó al Bidasoa de Irún y ayer rozó la proeza ante el Obearagón Huesca, uno de los aspirantes a la fase de ascenso.


Desde el inicio, el choque resultó muy igualado, con pocas diferencias en el marcador. Eso sí, el equipo oscense fue casi siempre por delante en el electrónico, pero nunca pudo marcar claras diferencias. El equipo altoaragonés empezó con una gran intensidad defensiva que le permitió recuperar algunos balones en defensa y salir al contraataque. Pero, en jugadas claras, no tuvo acierto en el remate. Unos fallos que le terminarían pasando factura.


Cano y Álvarez fueron los más clarividentes en ataque, pero al equipo le costaba tener opciones claras de gol porque, poco a poco, el conjunto cordobés fue ajustando la defensa y, sobre todo, fue sacando punta en el ataque. Ya no perdía balones tontos y, por lo menos, acababa las jugadas, acción que no permitía los fáciles contraataques oscenses de los primeros minutos del encuentro. Así, las diferencias entre ambos se estabilizaron en un gol de ventaja y en muchos empates en el marcador. Con los dos equipos con una buena defensa, los ataques de unos y otros eran solo en estático y en contadas ocasiones se jugaba al contraataque. Esta situación hacía que se tuviera que mover la pelota con rapidez en posiciones de ataque. Pero las férreas defensas y la intensidad con la que se empleaban unos y otros hacían muy difícil marcar goles. A pesar de ello, entre el juego de pivote y las bandas ambos equipos pudieron equilibrar sus lanzamientos con los hombres de primera línea.


El local Quique fue el más destacado en labores ofensivas, una pesadilla para los aragoneses durante todo el partido. Pero en la recta final de esta primera parte el Obearagón sufre un bajón físico y se le nublan las ideas. Esta situación es aprovechada por los locales para darle la vuelta al partido y aumentar la intensidad de su juego. El mal menor fue que solo se marchó con un gol de ventaja porque los últimos minutos del Obearagón en esta primer parte resultaron malos, con pérdidas de balón que sólo el desacierto local evitó que la diferencia acabase siendo mayor.


Nada más comenzar el segundo tiempo, el Obearagón se atascó ofensivamente, pero nunca dio a los cordobeses la sensación de poder despegarse en el electrónico. De este modo, los parciales eran parejos en todo momento. El juego fue, más o menos, como el de la primera parte con un gran protagonismo de los porteros que no permitieron que algunos fáciles lanzamientos en ambas áreas terminasen en sus porterías.


En el ecuador de esta segunda parte el Obearagón quiso poner una marcha más al partido y, aunque las diferencias seguían siempre entre uno y dos goles de ventaja, los cordobeses no permitían que el partido se rompiera de forma definitiva. Así se llegó al final del choque, con un Obearagón que fue el que más cerca estuvo de la victoria, pero con un Ángel Ximénez que no lo permitió, empatando el partido a 28.