HUESCA

Sanz seguirá al frente de las diócesis de Huesca y Jaca como administrador

Roma lo mantiene temporalmente en el cargo, que deberá compatibilizar con el de Oviedo

Jesús Sanz seguirá gobernando las diócesis de Huesca y Jaca de forma temporal. Ayer, coincidiendo con su toma de posesión como arzobispo de Oviedo, la Sagrada Congregación de Obispos hizo público su nombramiento como administrador apostólico de las dos diócesis altoaragonesas.


De esta manera, la Santa Sede sigue la línea de los últimos nombramientos episcopales en España, designando al frente de la sede vacante al obispo saliente. Así, durante el período de interinidad hasta el nombramiento de un nuevo obispo, "se garantiza la continuidad en el tiempo de las líneas emprendidas por el anterior prelado", según manifestó el delegado de medios de comunicación de Jaca, Ricardo Mur.


La designación de Sanz como administrador se hizo a través de dos nombramientos distintos, uno para cada diócesis. De esta forma, sus seis años en la provincia tendrán continuidad por un tiempo indefinido. El anterior administrador apostólico de Huesca y Jaca, en el periodo que transcurrió entre la muerte de Javier Osés y José María Conget y la designación de Sanz, estuvo dos años. Entonces este puesto se encomendó al que era obispo de Barbastro-Monzón, Juan José Omella.


Desde ayer, Jesús Sanz deberá compartir esta responsabilidad con el arzobispado de Oviedo, del que tomó posesión arropado por 39 obispos, entre los que se encontraban el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, y más de 300 sacerdotes de Asturias y de las diócesis de Huesca y Jaca. Sanz agradeció en su homilía la presencia del alcalde de Jaca, Enrique Villarroya.


A sus 55 años es el arzobispo más joven del episcopado español. En su primera intervención dijo ante los fieles asturianos que saldrá al paso "con voz clara y compromiso cristiano cuando la vida sea puesta en entredicho, la vida en todos sus tramos: la del niño no nacido, la del enfermo o anciano terminal, y la de quienes estando en el medio se quedan sin trabajo, sin libertad o sin dignidad".

"Ni tan santo ni tan temible"

En la homilía pronunciada durante la eucarística celebrada en la catedral de Oviedo, seguida por miles de fieles, Sanz afirmó que se siente "libre" para servir a Dios, a la Iglesia y a sus hermanos y que no busca "lisonja ni aplausos" ni tiene "miedo" al "chantaje de la impopularidad". Dedicó unas palabras a la defensa de la familia y reclamó una educación que esté al servicio del crecimiento de las personas, de forma que las abra "a la belleza, a la bondad y a verdad".


Sanz aseguró que llega a Asturias "sin consignas, planes conspirados o estrategias torcidas" y que no es "tan santo ni tan temible" como algunos han querido presentarle.