COMUNICACIONES

El 80% de los 107 kms de autovía entre Huesca y Lérida estarán terminados a finales de este año

La variante de Barbastro se inaugurará el próximo 26 de febrero, pero el tramo de Siétamo aún sigue sin empezar.

El próximo 26 de febrero se abrirá al tráfico la variante de Barbastro, 10,6 kilómetros de autovía, que conectará dos de los cuatro tramos que ya están en servicio de la A-22 entre Lérida y Huesca. Si las previsiones Fomento se cumplen, en 2010 se inaugurarán cuatro partes más, por lo que las dos capitales quedarían unidas por vía rápida a falta de dos tramos, según informan desde el propio Ministerio.

 

De los 107, 6 kilómetros que separan a ambas ciudades, faltarán 23 kilómetros. Eso si los plazos se respetan, ya que la variante de Barbastro y el tramo entre Ponzano y Velillas ya se anunciaron para el año pasado y han tenido que esperar a este. El trazado sustituye a la carretera nacional N-240 Tarragona-San Sebastián, que junto con la A-23 (Huesca-Jaca) y A-21 (Jaca-Pamplona) conectará el Mediterráneo con la cornisa cantábrica. Solo que las obras en estas dos últimas van mucho más retrasadas.

 

Con la puesta en servicio de la variante de Barbastro, que discurre entre el enlace del monasterio de El Pueyo y el de Castejón del Puente, se unen los dos únicos tramos en uso en la provincia de Huesca. Desde finales de febrero, la mitad del viaje entre la capital altoaragonesa y Monzón se realizará por autovía. Cuando esté abierta al tráfico, sumarán un total de 33,4 kilómetros: Ponzano-El Pueyo (10,7), la variante de Barbastro (10,6) y la de Monzón (12,1).

 

Además, ya están en servicio otros dos de los once tramos, pero en la provincia de Lérida: Lérida-La Cerdera (5,2) y La Cerdera-Variante de Almacellas (4,2), que los inauguró el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, el oscense Víctor Morlán, el pasado 14 de diciembre. Ahora, hay 32,2 kilómetros en servicio, un 30% y desde finales de febrero se alcanzarán los 42,8 kilómetros, casi el 40% del trazado.

Inversión adicional

Los trabajos de la variante de Barbastro se adjudicaron en abril de 2007 con un presupuesto de licitación de 49,9 millones de euros, pero se adjudicaron por 34,69 a Sacry S. A. U. El inicio de la obra se retrasó por problemas con una zona LIC (Lugar de Interés Comunitario), que incluye una banda de formaciones en yesos terciarios, plantas de interés, encinares y matorrales. Esta parte arranca al sur de la actual N-240, y del santuario de El Pueyo.

 

El enlace de la autovía con esta localidad se sitúa en el cruce con la A-1226, de acceso al polígono industrial del Cinca de la capital del Vero.

 

Después, el trazado cruza el canal de Selgua y discurre paralelo a él

hasta el final. También se ha actuado en la citada vía autonómica y en reponer caminos agrícolas y carreteras afectadas del entorno.

El Ministerio de Fomento -por empeño del secretario de Estado, Víctor Morlán- decidió en julio de 2009 destinar 14,8 millones de euros adicionales para las obras de la variante de Barbastro, con el objetivo de adelantar los trabajos. La partida procedía del Plan de Aceleración de Obra Pública, dotado con 130 millones de euros. La cantidad destinada a la variante suponía el 11,3% del total, y permitió aumentar la asignación del plan plurianualizado.

Los tramos pendientes

Desde Lérida hacia Huesca, tras los 9,4 kilómetros de autovía por los que se puede circular desde diciembre, quedará pendiente este año el tramo desde la parte este de la variante de Almacellas hasta el límite de la provincia de Huesca, con una longitud de 9,8 kilómetros. En este caso, la previsión del Ministerio de Fomento es inaugurarlo a mediados de 2011.

 

Tras estos kilómetros, se entra ya en la provincia de Huesca hasta la variante de Binéfar, un tramo de 6,3 kilómetros, que se inaugurará previsiblemente a finales de 2010, según las estimaciones de Fomento. Posiblemente pueda hacerse al mismo tiempo que los siguientes 13,8 kilómetros, la denominada variante de Binéfar, que también está en ejecución y que se desarrolla de forma pareja. Allí se enlazaría ya con la variante de Monzón y a continuación la variante de Barbastro y El Pueyo-Ponzano, que se abrió hace justo un año.

 

En teoría, la siguiente parte, entre Ponzano y Velillas se iba a estrenar antes, pero la aparición de una gran sima complicó la obra. Ahora, la previsión de Fomento es terminar los trabajos en verano de este año, aunque no concreta en qué condiciones, puesto que se ha barajado la posibilidad de abrir el resto del trazado dejando la zona del fallo en el terreno cerrada. Es además la parte más larga, ya que suma 16,4 kilómetros.

 

Antes que esta zona, se pondrán en servicio los 5,2 kilómetros entre Velillas y Siétamo, que Fomento confía en que puedan ser transitados ya esta primavera.

 

El último de los once tramos de la A-22 que quedará pendiente será el Siétamo-Huesca, de 13,2 kilómetros, cuyo proyecto todavía está en redacción. Esta parte es la única que el Ministerio incluye dentro de las posibles actuaciones a financiar por la colaboración público privada (CPP), que se contempla en el Plan de Infraestructuras. Esto permite el cobro de un peaje directo, un peaje en sombra (el Estado paga a la adjudicataria en función del uso) o pago por disponibilidad. No obstante, Fomento no ha determinado la fórmula. El problema es que para esta parte, ni siquiera el Ministerio tiene una fecha prevista. Así que todavía pasarán varios años más hasta que Huesca esté unida con Lérida por autovía.