HUESCA

Vivartia sigue adelante con la compra de Mildred, pero sin fecha de apertura

La firma multinacional griega ingresó el 23 de octubre los 3,3 millones del tercer pagoUn informe desaconseja la puesta en marcha por la crisis y los problemas del sector

La fábrica sigue cerrada dos años y medio después.
Vivartia sigue adelante con la compra de Mildred, pero sin fecha de apertura
javier blasco

Huesca. Vivartia ha efectuado un nuevo pago por la compra de la industria Mildred de Huesca, aunque todavía no hay fecha para la reapertura de la fábrica ya que la actual crisis económica y los problemas de sector agroalimentario lo desaconsejan. Los sindicatos se alegran de que la adquisición siga adelante, pero ansían la puesta en marcha de esta factoría que paralizó su producción en marzo de 2007 dejando en la calle a alrededor de 400 empleados.

La firma griega impuso en la cuenta del juzgado -ya que compró la factoría cuando se encontraba en un proceso de liquidación- los 3,3 millones de euros correspondientes al tercer pago. Esta operación se realizó, según ha podido saber este periódico, el pasado día 23 de octubre, viernes, justo 24 horas antes del vencimiento del plazo, ya que este concluía en sábado.

Cabe recordar que Vivartia ofreció 8,15 millones de euros más IVA por las instalaciones de la factoría oscense situadas en el polígono Sepes. La oferta la realizó pocos días antes de que se realizara la subasta de la fábrica, proceso que consiguió parar. Pagó 300.000 euros más IVA cuando presentó la oferta, a principios del mes de febrero. El día en que se firmó la compra-venta en el juzgado, el 24 de mayo, abonó 1.050.000 más con sus correspondientes impuestos. El ingreso efectuado a finales del pasado mes de octubre, 3.330.000 euros, es el tercero, y todavía quedará un último pago, que se hará efectivo cuando se cumpla el año de la formalización de la venta y que será de 3,47 millones.

No obstante, aún con todo el dinero en el juzgado no se podrá hacer frente a la gran deuda que dejó la sociedad Mildred-Pauni y que ascendía a 22 millones de euros cuando se declaró en quiebra. A esta cifra se han sumando otras pequeñas cantidades durante los dos años que estuvo paralizada la industria fabril. Los expertos económicos ya anunciaron que con la cifra que Vivartia iba a pagar, 8,15 millones, primero se haría frente a los créditos prioritarios y sobre la masa que tenían preferencia. Y una vez amortizados, se repartiría el dinero restante a todos los acreedores, entre los que se encuentran los trabajadores, a quienes se adeuda 13 días por año trabajado (el Fondo de Garantía Salarial ya les pagó 20 de los 33 acordados por el despido). Calculan que cada uno cobrará un 20% de lo que se le debe.

Sobre la fecha de apertura nada se sabe. Vivartia, ya el pasado mes de julio, envió una carta a la consejería de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno aragonés que preside Arturo Aliaga a la que adjuntó los datos preliminares del estudio que encargó cuando compró la fábrica. En ese primer avance, especificaron en su día fuentes del departamento, se veía claramente cómo los problemas de la economía en general y los del sector en particular impiden reabrir la fábrica. La situación, confirmaron recientemente estas mismas fuentes, no ha cambiado en los cuatro últimos meses.

Ex empleados en el paro

Los sindicatos CC. OO. y UGT se han mostrado satisfechos con la noticia de que la venta de la factoría sigue adelante. Arancha García Carpintero, secretaría provincial de Comisiones Obreras, afirmó que "así debe ser, porque a ello se comprometieron".

Por su parte, su homólogo de la UGT, Fernando Gállego, explicó que entiende que "la situación actual de las empresas es complicada y que los griegos tienen que hacer una prospección del mercado porque no han trabajado aquí" antes de plantear la reapertura. Arancha García Carpintero insistió en que aunque "los tiempos de crisis no acompañen, el producto que se fabricaba, la bollería industrial, se consume", y aseguró que "aunque con una sola línea de producción, sería muy importante la reapertura, ya que todavía hay mucha gente de la antigua Mildred que sigue sin ocupación".

La multinacional griega tiene varias líneas de producción (congelados, lácteos y pastelería industrial) y dispone de plantas de fabricación en 27 países. Su campo de distribución alcanza un área de influencia con mil millones de habitantes y factura 1.200 millones de euros.

La quiebra de Mildred dejó en la calle a casi 400 trabajadores, lo que supuso un duro mazazo para el empleo en Huesca, poco antes de que estallase la crisis. Posteriormente se presentaron dos ofertas de compra y la administración concursal optó por la de Eusebio Lázaro, aunque este empresario nunca llegó a depositar la cantidad acordada para iniciar los trámites. Así, Mildred entró en subasta pública por un valor de 8 millones de euros.