POLÉMICA

Patrimonio reconoce que está sin decidir el uso del monasterio de San Victorián

El director general afirma que el objetivo es que las obras que se inician estos días permitan poder visitarlo

La ruina se apodera del monasterio de San Victorián mientras el futuro del conjunto histórico situado en Sobrarbe está por decidir. La dirección general de Patrimonio del Gobierno de Aragón sigue sin aclarar el uso final pero asegura que con las obras que se van a iniciar, con una inversión de 711.000 euros, se cubren las necesidades de consolidación y restauración para abrirlo al público, que es el objetivo primordial y la finalidad de cualquier monumento.

 

Solo será visitable la parte pública -iglesia, claustro y torre, fundamentalmente-, mientras que para las edificaciones anexas de propiedad privada, con una superficie de 2.200 metros cuadrados, la DGA espera un proyecto de los dueños que podría incluir un establecimiento hotelero. Esta opción podría aceptarse si se respetan las prescripciones como Bien de Interés Cultural (BIC) que es desde 2002. "Con las obras de esta fase, San Victorián se deja acondicionado para recuperarlo como monumento, y después se pueden plantear usos compatibles con la visita", apunta el director general de Patrimonio, Jaime Vicente, que asegura que el desconocimiento del uso -para el que ha habido diversas propuestas como centro de interpretación- no condiciona los trabajos que comenzarán en los próximos días.

 

El Gobierno de Aragón se conforma con que se pueda abrir la puerta del monasterio a las visitas sin el peligro de derrumbe que existe ahora, como se demostró en la visita reinvindicativa que organizó CHA el domingo, en la que no se pudo ver todo el claustro porque el techo está derruido y con piezas colgando a pesar de que se rehabilitó hace 15 años.

 

Vicente defiende que el Gobierno de Aragón se ha hecho cargo del monumento desde el principio y que estas obras son la continuación de las actuaciones de los últimos años. De hecho, asegura que los trabajos se han retrasado por los trámites para conseguir la cesión del obispado y porque en principio iban a contar con una subvención del Estado que finalmente no ha llegado.

 

No obstante, admite que hay edificaciones que están en peores condiciones de las que presentaban en 1997, cuando se elaboró el plan director que marca las directrices a seguir. Pero se refiere especialmente a la parte privada, que adquirió una sociedad en 2005, donde asegura que no tienen competencia para intervenir.

 

"Nosotros nos centramos en la obligación de conservar los bienes culturales en la medida que los presupuestos lo permiten y seguimos esperando a ver cuál es la propuesta para el resto del monasterio", apunta. Según Vicente, el propietario todavía no ha presentado un proyecto concreto y solo ha planteado la idea del complejo hotelero. Sin embargo, el propietario Luis Vecino expone que espera la decisión de la DGA, puesto que también hubo negociaciones para una posible compraventa. Aunque es una posibilidad que se barajó, Vicente apunta que "si la propiedad sigue adelante con su proyecto, puede ser una buena iniciativa para nosotros la comarca".