La dirección en Europa de la multinacional United Phosphorus Limited (UPL) comunicó ayer su decisión definitiva de cerrar la fábrica química de Sabiñánigo, que emplea a 43 trabajadores.

Durante la reunión, en la que participó el consejero de Industria del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, representante del Comité de Empresa y el propio alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra, la dirección de la empresa rechazó el plan de viabilidad presentado por un comisión especial que apostaba por la continuidad de la planta. Sin embargo, según manifestó a este periódico el delegado de personal del Comité, Javier Fernnandez, UPL rechazó cualquier posibilidad de continuidad y ante el consejero Aliaga comunicó el cierre de la factoría antes de un año, período en el que deberá negociarse un plan social.

Hace un año, Dequisa aplazó la decisión sobre el cierre de la planta y se creó una comisión mixta que, durante nueve meses estudió las posibilidades de continuidad de la química. Sin embargo, ayer se cerró definitivamente toda esperanza.