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Las tarifas eléctricas y los créditos para la modernización ponen en jaque a los regantes

Riegos del Alto Aragón advierte de que la situación del campo está conduciendo a las comunidades de base a la quiebra. Trillo pide para la agricultura el mismo trato que "para la banca y el sector del automóvil"

Trillo (dcha.), en una asamblea junto al consejero de Agricultura.
Las tarifas eléctricas y los créditos para la modernización ponen en jaque a los regantes
J. B.

Riegos del Alto Aragón advirtió ayer de que la mayor parte de las comunidades de regantes están prisioneras de una situación que las conduce "irremediablemente" a la quiebra económica. Las tres subidas consecutivas en las tarifas eléctricas y la caída de los precios agrarios han coincidido estos años con las primeras amortizaciones de los créditos solicitados para modernizar los regadíos. Esta coyuntura afecta a cientos de propietarios, ya que son más de 60.000 las hectáreas que han terminado o están a punto de terminar la transformación de sus sistemas, y hay otras 20.000 con proyectos aprobados y redactados. El presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, avisó de que el proceso de modernización emprendido para hacer un uso eficiente del agua puede frenarse por la crisis del sector. En próximos días convocará a las comunidades de base afectadas "para ver qué hacemos".

 

Trillo presidió ayer una junta de gobierno en la que se habló del cierre de la campaña de riego. Este año ha habido disponibilidad de agua, "pero ha sido lo único bueno, lo demás es un desastre", precisó el dirigente agrario, quien alertó de que este año habrá agricultores que no podrán afrontar los créditos solicitados para mejorar el regadío. "No sé qué pasará, si habrá que pedir prórrogas a los bancos o ayudas a la administración, pero la gente no puede hacer frente a la amortización".

 

A su juicio, "nadie valora el empleo en el campo. Hay crisis en el sector del automóvil o en la banca y echamos dinero, pero qué pasa con nuestros agricultores. Los problemas en este país no se reducen a la General Motors. Alguien se tendrá que poner las pilas". Y lanzó un mensaje tanto al PSOE como al PP: "Los dos partidos que pueden ser alternativa deben pensar si quieren mantener la agricultura como sector estratégico".

 

Una de las cuestiones que está arruinando la economía de los regantes son las tarifas eléctricas, que desde 2007 se han encarecido entre un 50 y un 70 por ciento. A esto se ha sumado un verano con precios "ruinosos", en el cereal, el maíz, la fruta, e incluso el arroz. Además, los créditos conveniados no tienen condiciones tan ventajosas y hay problemas para conceder nuevos préstamos.

 

Trillo aseguró que los ingresos de los regantes, base de la economía agraria del Alto Aragón, no permiten cubrir los costes de producción, que se comerán las ayudas de la PAC y las reservas de los agricultores. "Producimos a precio de país rico y vendemos a precio de país en vías de desarrollo o subdesarrollado".

 

El pago de los créditos preocupa tanto a los particulares como a las comunidades de base. Si los primeros costean la inversión del amueblamiento de sus fincas, los segundos afrontan los gastos de las redes generales.

Aguas, obras y electricidad

Un regante debe pagar la cuota de mantenimiento de su comunidad de base y de la comunidad general; las tarifas por el agua consumida, que incluyen el recibo eléctrico si es necesario bombearla; el pago a la CHE de las obras de canales y embalses; y la amortización de los créditos para modernizar las redes generales y las de las fincas. Un estudio de Riegos del Alto Aragón cuantifica todos estos gastos en 360 euros de media por hectárea y año.

 

"Nos metimos en la modernización porque nos dijeron que había que coger ese tren, pero no podemos pagar todos esos costes", aseguró José Manuel Penella, presidente de la comunidad de base con sede en Huerto. Este colectivo está embarcado en un proyecto de transformación, que supondría un gasto por hectárea de 12.000 euros. "Estoy en puertas de una asamblea general de usuarios. Tengo que decir lo que cuesta y, en estos momentos, me temo que lo rechazaremos", explicó Penella, quien además denunció que Seiasa, la empresa pública que ejecuta las obras, ha empeorado las condiciones de financiación.