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El fiscal pide que se impute a dos directivos de Formigal por la muerte de tres esquiadores

El fiscal ha pedido a la titular del Juzgado nº 1 de Jaca que cite a declarar como imputados al director y al jefe de seguridad de Formigal por un presunto delito de imprudencia en la muerte de tres esquiadores sepultados por un alud el pasado 4 de enero en la estación altoaragonesa. Según informaron fuentes judiciales a este diario, aún no se ha fijado la fecha y la hora para la declaración.


Ese día, se tendrán en cuenta como pruebas unas fotografías del lugar tomadas momentos antes del accidente que supuestamente habían sido borradas de la cámara que portaba uno de los fallecidos antes de ser entregada. Según informan fuentes próximas al caso, la Guardia Civil las recuperó posteriormente.


El fiscal de Jaca, Juan Baratech, argumenta en su escrito, con fecha 16 de junio de 2008, para solicitar la imputación de dos de los responsables del centro invernal, que "la imprudencia de los responsables de seguridad de la estación se centraría en el hecho de no haber cerrado la pista y en el hecho de mantener un panel informativo cuya información no se adecuaba a las condiciones de la nieve". Con este texto, la fiscalía participa en el proceso para esclarecer dónde se encontraban los esquiadores, por dónde esquiaban, si estaba o no cerrada la pista o si se informaba del riesgo de avalanchas correctamente.


Los tres esquiadores fallecieron el 4 de enero de 2008 sepultados por un alud de 300 metros en el paraje Garmo la Mina de Formigal cuando practicaban esquí. Los fallecidos fueron dos deportistas vascos -Íñigo Enrique Zurita-, de 37 años y vecino de Vitoria, y Daniel Osambela Echeverría, de 36 y natural de San Sebastián, y un zaragozano. Este último, Miguel Ángel Rodríguez, de 35 años, era además trabajador de la estación de Aramón-Formigal. Según explicaron en este momento fuentes de la empresa, se encontraba en el lugar realizando una labor fotográfica, ya que trabajaba en el área de comunicación y márquetin de la estación.


La cámara que portaba este último fue analizada posteriormente por el gabinete científico de la Guardia Civil, a petición del Juzgado nº 1 de Jaca que instruye el caso. Según fuentes próximas al caso, al parecer, parte de las fotografías que el propio Miguel Ángel Rodríguez había realizado antes de ser atrapado por el alud, habían sido borradas antes de entregar la cámara a las fuerzas de seguridad que realizaron los atestados del accidente.


Según detallan las mismas fuentes, los expertos de la Guardia Civil emitieron un informe el pasado 14 de abril, que se remitió al Juzgado nº 1 de Jaca el 8 de mayo. Además, aseguran que el gabinete científico recuperó las imágenes supuestamente borradas, que serán aportadas como pruebas, junto con otros documentos, el día de la declaración de los imputados ante la juez. En estos momentos, continúan las tareas de instrucción y se espera la citación de los testigos a declarar.


El estado de la pista


El escrito en el que se solicita al juez la imputación de los dos responsables de Formigal añade que "es evidente que la pista donde se produjo el accidente tendría que estar cerrada". Es una de las circunstancias que se tienen que esclarecer en la investigación iniciada por el fiscal. Según fuentes próximas, habría que comprobar si la pista estaba cerrada y con una señal que informaba del riesgo de aludes 4 o si bien, estaba abierta y la indicación de riesgo era menor.


La petición del fiscal de que los directivos de Formigal declaren como imputados no presume que vaya a existir una acusación contra ellos, puesto que será algo que tendrá que derivarse en todo caso de las declaraciones que realicen ante la juez.


El caso ha estado abierto en todo momento. La familia de Miguel Ángel Rodríguez, conocido por el apodo 'Chusky', denunció los hechos con el ánimo de conocer las circunstancias en las que se produjo la muerte de su hijo.