Cuarte denuncia la nula presencia policial para prevenir el vandalismo

Las pedanías han pedido al Ayuntamiento de Huesca que las patrullas de la Policía Local lleguen a sus poblaciones, donde, desde hace unos meses, ha proliferado la práctica del botellón y el vandalismo. Tres de los ocho barrios rurales situados a pocos kilómetros del centro urbano han hecho públicas sus quejas por la falta de presencia policial.

El representante vecinal del municipio de Cuarte, Rafael Velázquez, presentó ayer en el registro municipal un escrito solicitando información sobre la prestación de servicios de prevención y vigilancia por parte de la Patrulla Verde en esta población y sobre los horarios y frecuencias en que estos servicios van a realizarse. Estas patrullas formaban parte de una unidad de la Policía Local encargada de recorrer los parques, las ermitas y los barrios rurales y que, según fuentes municipales, se ha desmantelado.

José Manuel Ballarín, portavoz sustituto del área de Seguridad Ciudadana, aseguró ayer que "la patrulla medioambiental se suprimió, pero sí hay vigilancia policial en estas zonas". "No hay datos que indiquen un déficit de seguridad en los barrios rurales con respecto al resto de la ciudad", añadió.

En este sentido, Velázquez afirmó que desde hace unos cuatro o cinco meses la presencia policial por las calles de los también conocidos como municipios incorporados ha desaparecido. La escasez de vigilancia, según denunció el alcalde pedáneo, ha coincidido con la llegada del botellón a este barrio rural y al muy próximo de Huerrios. En ambos y en Banariés, situado a mitad de camino de los dos, han comenzado a realizarse pintadas y a producirse actos vandálicos. "Somos municipios incorporados de Huesca, pero en materia de carreteras, a tramos somos Diputación Provincial y a tramos nacional, y ni tenemos Policía Local, ni Nacional, ni Guardia Civil y se están produciendo hechos que antes no sucedían", apuntó Velázquez.

El alcalde pedáneo explicó que, lo mismo en las noches de verano que de invierno, es normal la presencia de varios coches con las puertas abiertas y la música alta junto a las antiguas escuelas de Cuarte, que están tapiadas y con parte del tejado hundido. "Alguna madrugada ha tenido que salir algún vecino para decirles que dejaran de subir y bajar de la báscula de pesaje porque el ruido era infernal", apuntó. Asimismo, añadió que "ensucian el parque infantil, el único sitio con bancos y la única zona para los niños".

Rafael Velázquez indicó que "aunque la patrulla que solía hacer rondas por las calles de estos municipios no se haya retirado oficialmente, lo cierto es que desde hace algún tiempo ya no viene por aquí". "No queremos una presencia policial continua sino disuasoria", añadió. Además, dejó claro que "lo que sí es cierto es que cuando llamamos a la policía por algún hecho en concreto, la respuesta es inmediata".

Huerrios tampoco escapa al botellón. Según Alfredo Ruspira, alcalde pedáneo, llegan sobre todo a partir de las 20.00 en los fines de semana de verano e invierno. "Se ponen en el parque que hay junto a la fuente, una arboleda con bancos, y en los porches de las antiguas escuelas. Hemos expresado nuestras quejas al Ayuntamiento, pero ya hemos optado por llamar directamente a la Policía Nacional en lugar de a la Local, que no acudía", señaló.

En Banariés no hay botellón, pero sí destrozos en el mobiliario urbano y pintadas. "Un día, a las nueve de la mañana, llegó un grupo y adornaron una pared con pintadas obscenas. Yo misma las tapé con un poco de pintura que tenía en casa", dijo M.ª Dolores Escó, portavoz de los vecinos.

Precisamente ayer, el grupo municipal de Chunta Aragonesista denunció los "importantes déficit" que padecen los municipios incorporados en materia de comunicaciones, abastecimiento y saneamiento de agua o limpieza de calles. CHA demanda una memoria técnica "que concrete las necesidades y que fije a quien competen para que se dé solución a estas demandas históricas".