HUESCA

Marcha reivindicativa para recuperar el histórico paso Montfalcó-La Pertusa

Doscientas personas recorrieron la senda excavada en el congosto de Mont-Rebei metros más arriba de la que anegó el pantano de Canelles. Falta la pasarela para salvar el cauce.

Más de doscientas personas revindicaron ayer con una marcha senderista la recuperación del paso histórico entre el núcleo despoblado de Montfalcó (Huesca) y la ermita de La Pertusa (Lérida), una comunicación que quedó anegada bajo las aguas del pantano de Canelles, que ayer tuvieron que surcar en barca. La ruta, en la que participaron políticos de ambas provincias, estaba organizada por la Diputación de Huesca en colaboración de la de Lérida, la Comarca de la Ribagorza, Prames, Sodemasa y varios ayuntamientos oscenses y leridanos de la zona, así como diversas asociaciones y clubes de montaña de ambas provincias.


La jornada arrancó a las ocho de la mañana de la población ribagorzana de Viacamp. Desde allí, los más de doscientos participantes, se dirigieron en vehículos todoterrenos al núcleo despoblado de Montfalcó, desde donde partió la marcha. Hubo que hacer dos viajes para transportar a los casi doscientos caminantes que participaron en la marcha. Después, "cruzamos el pantano de Canelles por el lugar donde todavía están las pilonas que sujetaban la pasarela de más de 5 metros de anchura que comunicaba a las poblaciones de ambas provincias", comentó Modesto Pascau, de Prames. A un lado, Montfalcó (Viacamp) y Finestras (Estopiñán del Castillo), ambas despobladas; en la parte catalana, Os de Balaguer, Alzamora o San Estebe de la Sarga.


Excavada en la roca


Una vez en la parte del Montsec catalana recorrieron a pie los cerca de 14 kilómetros de senda, parte de ella excavada en 1984 en la roca del congosto de Mont-Rebei. Fue en ese año, dos décadas después de haber construido el pantano, cuando la empresa concesionaria del embalse, ENHER, lo hizo tallar en la roca en sustitución del que metros más abajo cubrieron las aguas retenidas en la presa de Canelles. Una vez en La Pertusa, los doscientos andarines cogieron autobuses para retornar a la localidad de Viacamp, donde participaron en una comida colectiva que se convirtió en una gran fiesta.


Entre otros, participaron el presidente y vicepresidente de la Diputación de Huesca, Antonio Cosculluela y Miguel Gracia, respectivamente, el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Alfredo Boné, el presidente de la Diputación de Lérida, Jaume Gilabert, el delegado de la Generalitat para el Pirineo y Valle de Arán, Víctor Orrit, y otras autoridades locales, comarcales y provinciales y representantes de los clubes y asociaciones de montaña participantes de ambas provincias.


Adiós a los lazos


La puesta en funcionamiento en 1960 del embalse de Canelles provocó la modificación de ecosistemas, paisajes y, sobre todo, de los estrechos lazos culturales y económicos que mantenías las poblaciones cercanas, tanto de la provincia oscense como de la leridana. La empresa ENHER, con el fin de paliar estos efectos, inauguró en 1984 un paso peatonal excavado en la roca del congosto de Mont-Rebei que facilita el paso entre las comarcas leridanas pero no soluciona la comunicación entre localidades aragonesas y catalanas que quedaron a ambas orillas.


En la actualidad se apuesta por un consenso entre las dos administraciones autonómicas y el compromiso de todas las partes implicadas (ayuntamientos, diputaciones, asociaciones, clubes…) para impulsar la conexión de ambas zonas mediante una pasarela como símbolo de porvenir para dos comunidades vecinas que apuestan por un desarrollo acorde a sus recursos ambientales. Ccon las ayudas Leader, explicó Pascau, se han acondicionado senderos en ambos territorios, pero falta la unión, esa pasarela que el Ministerior de Medio Ambiente podría costear "si llegamos a un acuerdo entre todas las partes", declaró.