HUESCA

El vertedero abre una brecha entre el Ayuntamiento y los barrios rurales

La DGA defiende la "oportunidad" de gestionar en Huesca los residuos industriales.

La directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático del Gobierno de Aragón afirmó ayer que el vertedero de residuos industriales no peligrosos que está previsto instalar en Huesca "no es un problema sino una solución ambiental". Marina Sevilla presidió una reunión auspiciada por el equipo de gobierno PSOE-PAR para explicar el proyecto y a la que se había citado a representantes de los empresarios de la comarca y a los alcaldes de las pedanías oscenses. La mayoría de estos decidió no acudir.


El encuentro se convocó a lo largo de una mañana en la que los acontecimientos se sucedieron con rapidez. A primera hora tuvo entrada en el Ayuntamiento un escrito de la Federación de Barrios Osca XXI en el que se manifestaba un "unánime y rotundo rechazo a la instalación de este vertedero en el término municipal, incluidos los barrios rurales, porque Huesca no es el mayor generador de residuos industriales".


El escrito recogía los acuerdos tomados la noche anterior en una reunión a la que además de los representantes vecinales acudieron los grupos de la oposición municipal (PP, CHA e IU), Los Verdes y asociaciones ecologistas. La federación expresaba también su malestar por la falta de información sobre el proyecto y pedía al alcalde una reunión con los portavoces de estos colectivos "para confirmarle nuestro rotundo rechazo a la creación del vertedero de residuos industriales".


Después, desde Alcaldía se convocó a los alcaldes pedáneos para una reunión explicativa a las 19.30. Estos decidieron no acudir por la premura de la citación y porque no se había llamado también a la Federación de Barrios. Finalmente, los alcaldes de Huerrios y de Tabernas de Isuela, dos de los ocho barrios, sí fueron al encuentro, al que además habían sido convocados responsables de Ceos y de la Federación de Polígonos y en el que estuvieron los portavoces de la oposición.


La directora general aceptó "explicar y aclarar todas las dudas que hayan podido surgir sobre la instalación" y afirmó que, en su opinión, la polémica creada "no tenía ningún sentido". "Tenemos que tener instalaciones adecuadas para la eliminación de los residuos industriales no peligrosos y me gustaría trasladar a la ciudadanía que no es un problema sino una solución", indicó.


Marina Sevilla resaltó que el coste que puede suponer para la industria oscense el no tener una instalación de este tipo en el entorno es "muy importante" tanto en el gasto de transporte como en el pérdida de competitividad. Y comentó que con este vertedero se favorecerá un clima para que las industrias puedan venir a este territorio en lugar de marcharse a otro donde sí se dispone de vertederos para estos residuos.


La responsable de Calidad Ambiental incidió en que el servicio que se quiere instalar en el recinto donde ya está el vertedero de residuos urbanos, en la carretera de Fornillos, "no tiene ningún riesgo y pasa una autorización ambiental". "Se tiene que ver como una oportunidad de desarrollo industrial para el eje Huesca-Sabiñánigo".