HUESCA

"Si no has almorzado, coge un bocadillo"

El ayuntamiento y las asociaciones de padres de Huesca consiguieron que la celebración del Día de San Jorge fuera este año diferente para los jóvenes. La música, las actividades y el reparto de comida organizados en la explanada ganaron espacio al botellón

La fórmula de la Zona Joven funcionó y los cientos de adolescentes de Huesca que ayer pasaron el Día de San Jorge en el cerro vivieron una jornada con más música, más juegos, más comida y menos alcohol que en años anteriores. La impresión de los padres y de los responsables municipales estuvo corroborada por el balance provisional de Protección Civil a última hora de la tarde: las intervenciones por ingesta excesiva de bebidas alcohólicas se redujeron a la mitad (20) y no hubo comas etílicos. El único incidente destacable fue la detención de un menor que portaba una navaja y que participó en una pelea.


Como siempre, el día del patrón de Aragón empezó temprano y tuvo el cerro de San Jorge como eje central de la fiesta. También como siempre, las familias emprendieron el camino de la ermita y los jóvenes se dirigieron hacia la explanada para encontrar el mejor espacio donde aposentarse con bolsas y botellas. Pero, al contrario que otras veces, no estuvieron solos en la campa.


Tras los incidentes ocurridos en la fiesta del año pasado, los representantes de las asociaciones de padres de los institutos de Huesca dieron la voz de alarma ante el ayuntamiento. "La permisividad con la que los chicos y chicas consumían alcohol en el cerro estaba convirtiendo la jornada de San Jorge en un macrobotellón", explicó ayer una portavoz de la asociación del IES de Ramón y Cajal. "Este año, el ayuntamiento se ha puesto las pilas y todo ha salido mucho mejor", añadió.


En marzo se celebró una reunión entre la concejalía de Fiestas y los representantes de los padres y se acordó que los primeros se encargarían de proponer actividades que ocuparan la mañana de los jóvenes y de intensificar la atención en la explanada, y que los segundos se harían cargo de la intendencia. "Muchos críos salen de su casa deprisa y apenas desayunan, por lo que decidimos llevar bocadillos", indicaron las madres del IES Ramón y Cajal y del IES Sierra de Guara.


La idea fue un éxito y los 600 bocadillos de embutido que se prepararon con la aportación de los supermercados Sabeco, IFA-Hermanos Cabrero y Guisona se consumieron a la hora del almuerzo. "No ha habido que ir detrás de ellos y cuando se acercaban al cenador les preguntábamos ¿Has comido algo? Pues coge un bocadillo y un agua".


A la baza de la comida se sumó una intensa actividad: batukada, taller de maquillaje, exhibición bici "xtreme", gymkanas, juegos tradicionales y de habilidad, música y disco móvil de la mano de los monitores que están al frente de programas de ocio juvenil como La Onda y Z51. Para participar en algunas de estas propuestas, los chicos y chicas debían superar un test de alcoholemia mediante unos originales alcoholímetros.


La responsable del área de Fiestas, Teresa Sas, reconoció que hasta ahora, la franja de edad entre los 12 y los 18 años era la manos atendida en cuanto a la animación que se vive en el cerro el Día de San Jorge. "Sabemos que no se puede tener un control total, ni prohibir el consumo de alcohol y buscamos el camino de la distracción y la información", comentó. El ayuntamiento contó, además, con la colaboración de los integrantes del Taller de Empleo y de asociaciones dedicadas al ocio y tiempo libre.


La conjugación de esfuerzos e ideas dio resultado y la impresión de la concejal al final de la jornada fue "muy positiva". A lo largo del día, la explanada del cerro presentó una imagen distinta a la de otros años. "Siempre hay gente que bebe, pero no ha sido como otras veces, las cosas no han pasado a mayores", apuntó Sas.


En el cerro, hijos y padres voltearon la campana de la ermita, disfrutaron de las actuaciones teatrales, buscaron el recinto de los pavos y estuvieron en los hinchables. Los mayores cogieron la torta con huevo duro y escucharon al Grupo Folclórico San Lorenzo. Para eso, San Jorge había encargado una jornada sin lluvia, con sol y una agradable brisa.