TÚNEL DE SOMPORT

La reapertura del acceso a Somport se retrasa como mínimo hasta esta noche

La inestabilidad de la ladera obligó ayer a realizar una nueva explosión para desplomar un bloque de roca, lo que demoró el inicio de las labores de limpieza hasta últimas horas

La apertura de la carretera francesa RN-134 de acceso al túnel de Somport por el valle de Aspe se retrasa como mínimo hasta esta noche o mañana lunes. Tras las voladuras llevadas a cabo el jueves, la existencia de rocas y salientes todavía inestables en la ladera, que era necesario hacer caer para garantizar la seguridad en la vía, impidieron que ayer se llevaran a cabo los trabajos de desescombro de la calzada. Por la tarde se tuvo que realizar incluso una pequeña explosión, no prevista inicialmente, para desplomar un bloque que se resistía a los operarios que, colgados con arneses, purgaban la pared montañosa manualmente.


El subprefecto de Olorón, Jean-Luc Tronco, volvió a supervisar por la mañana las operaciones técnicas a pie de obra. "El objetivo es abrir uno de los carriles para la noche del domingo, desde el primer momento estamos haciendo todo lo posible para solucionar el problema, pero se trata de una zona montañosa que no sabemos con exactitud cómo va a reaccionar", explicó François Platre, director de Pyrénées Minage, empresa encargada de los trabajos verticales en el desfiladero. También se ha empezado a instalar una malla en la parte alta de la quebrada para evitar el deslizamiento de tierra y otros materiales. Además las labores se han encontrado con un enemigo previsible, el mal tiempo, ya que durante las últimas horas no ha dejado de llover o incluso nevar.


Sobre las cuatro de la tarde se estaba preparando la detonación de una carga de unos 100 gramos de explosivo, una nimiedad en comparación con los 60 kilos de dinamita que el jueves hicieron caer 400 toneladas de rocas sobre las 300 que se desplomaron sobre el firme la noche del 3 al 4 de enero. Después de que un geólogo inspeccionara la zona y diera luz verde a las tareas de limpieza, todo estaba listo con vistas a iniciar el desescombro ayer noche.


La evacuación de la masa colosal que reposa sobre el firme requerirá por lo menos de un día entero. Algunos de los peñascos necesitan ser desmenuzados en el sitio por una máquina trituradora. Dos camiones se encargarán de llevar todas las piedras y rocas a una zona próxima a la localidad de Etsaut. La propia estrechez de la ruta impide que puedan utilizarse más vehículos pesados para dejarla libre, ya que resulta complicado maniobrar en ella e incluso cruzarse. Se calcula que van a ser necesarios hasta 75 viajes de camión. Fuentes de la Dirección Interregional de Carreteras Atlánticas, que gestiona la nacional desde Pau hasta la frontera, señalaron que el lunes habrá que empezar a estudiar si es necesario llevar a cabo labores complementarias para asegurar que no se repita esta "lluvia de piedras", como los vecinos se refieren ya al desprendimiento.


"Yo no recuerdo un cierre de la carretera tan prolongado por esta causa", asegura el alcalde de Etsaut, Marcel Minvielle, una de las tres poblaciones que ha quedado aislada junto a las de Urdós y Borce. En febrero de 2005, la calzada de la RN-134 se hundió a unos tres kilómetros del túnel de Somport, y aunque el tránsito de camiones permaneció suspendido durante cuatro meses, sí podían circular los automóviles.


Enfermos evacuados


En los diez días que lleva ya cortado este eje, un viejo túnel del Canfranc se ha convertido en el medio de comunicación de los habitantes de la zona. En este tiempo los bomberos han trasladado sobre la plataforma preparada para moverse sobre las vía a cuatro personas enfermas o convalecientes. La última de ellas, una mujer de Etsaut que sobre las cuatro de la tarde de ayer regresaba de operarse una pierna en un hospital. Eso sí, la paciente se tomó el trayecto y la aventura con auténtico buen humor.