Los secretos del Museo Diocesano de Huesca, al descubierto

Este espacio expositivo de la capital oscense ha abierto durante unos días su taller de conservación y restauración a los visitantes

Blas Matas da un primer consejo a los asistentes a la visita gratuita por el Museo Diocesano de Huesca, que durante este puente ha mostrado los secretos, algunos ocultos y otros no tanto, de las labores de conservación y restauración de su patrimonio. “Es fundamental conocer bien lo que se está llevando entre manos, porque luego nos encontramos con verdaderos estropicios por ahí”, señala este voluntario, que es además uno de los guías de esta actividad con la que se ha conmemorado el Día y la Semana Europea de la Conservación y Restauración.

Por ello, los asistentes han podido disfrutar de explicaciones de lo que conlleva el proceso de recuperación de una obra que puede contar con varios siglos de antigüedad en primera fila, con explicaciones en el taller y la sala de restauración del Museo sobre las intervenciones que actualmente están en curso: limpiezas y reintegraciones en pinturas (lienzos, tablas…), recuperación de policromías y dorados en tallas y esculturas e intervenciones en obras de orfebrería.

Matas es un experto que, tras jubilarse como profesor, decidió matricularse en la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, hzo las prácticas en el Museo Diocesano y al terminar los estudios decidió continuar como voluntario. Conoce de primera mano cada recoveco de este espacio expositivo. Su segundo consejo: “La principal tarea que debemos desarrollar es la de la conservación para no tener que llegar más adelante al extremo de la restauración”.

Las ‘reinas’ de esta actividad han sido las dos arquetas relicario de los santos Justo y Pastor de la iglesia de San Pedro el Viejo, cuya restauración se está finalizando en el taller del Museo Diocesano. Se encargan dos restauradoras tituladas que llevan a cabo una labor artesanal para que recuperen parte de su esplendor original. Una tarea nada sencilla, explica Matas, puesto que sus autores originales y los que años más tarde las enmendaron cometieron “errores que el tiempo ha acentuado”. Encargó y paga la restauración la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid), que las acogió a préstamo el pasado mes de marzo para conmemorar los 450 años de la reversión de las reliquias a la catedral de la localidad.

El Museo Diocesano se encuentra repleto de espacios que escapan a la simple vista y un pasado del que, por suerte, se han podido rescatar obras y estancias que amenazaban ruina. Como el salón del Tanto Monta, que tras la Guerra Civil presentaba una montaña de escombros que llegaba hasta el techo. O esculturas que, tras un estudio con las más modernas técnicas, delataron la presencia de termitas e incluso de sus excrementos en la base de estas figuras religiosas.

Al acometer la limpieza y el cuidado de una obra pictórica, lo principal es “el nivel material, que dentro de cien años y ya con otros medios más avanzados tenga la misma calidad de lo que nos ha llegado a nosotros”. Y se ha de tener cuidado con la limpieza, pues con métodos rudimentarios se levantaba parte de la capa pictórica. Un simple cepillo o una goma de borrar han desempeñado una función eficaz a lo largo del tiempo.

“Nos ha gustado la visita, es una manera diferente de ver un museo que ya habíamos visto en otras ocasiones y que nos parece muy interesante”, reflejaba una de las asistentes, Gloria Montes. Otros, como Felipe Gázquez, tiene nociones de historia del arte, lo que les brinda “más facilidades para disfrutar de este tipo de visitas. Recomiendo a todo el mundo que se documente sobre las joyas que se encuentran en el Museo Diocesano". Por el momento, a partir del lunes retomará su horario habitual.

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