Ni una empresa oscense sin su desfibrilador

La Cámara de Comercio de Huesca y el Proyecto Salvavidas estrechan lazos para dotar a las empresas de equipos con los que actuar en casos de parada cardíaca

Celia Elfau, secretaria general de la Cámara de Comercio, con Marco Antonio Rodríguez, de Proyecto Salvavidas
Celia Elfau, secretaria general de la Cámara de Comercio, con Marco Antonio Rodríguez, de Proyecto Salvavidas
Heraldo

El Proyecto Salvavidas y la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Huesca han renovado y reforzado su acuerdo de colaboración para facilitar el acceso de las empresas altoaragonesas a equipos de cardioprotección con los que poder salvar vidas en casos de parada cardíaca. Gracias a este acuerdo, las firmas se benefician de ventajas en la contratación de los servicios del Proyecto Salvavidas tanto en la instalación de equipos desfibriladores de última generación en sus centros de trabajo como en la enseñanza de acciones formativas en cardioprotección.

Proyecto Salvavidas cuenta con numerosos clientes en España, desde firmas de todo tamaño hasta instalaciones deportivas, colegios, comisarías o ayuntamientos. Gracias a este acuerdo, las empresas de la provincia disponen de todos los elementos necesarios a menor coste, tanto aquellas que no disponen de desfibriladores como las que sí lo poseen y se pueden beneficiar de formación homologada, reciclaje, mantenimientos o certificaciones.

Al valorar la importancia de contar con este tipo de aparatos, cabe subrayar que para la Sociedad Española de Cardiología (SEC) la inmediatez de un desfibrilador público ofrece los mejores resultados ante un paro cardíaco. Además, según la SEC, “se estima que alrededor del 12 por ciento de todas las muertes en España son súbitas, unas 50.000 al año, y de estas la gran mayoría por un paro cardíaco. La mayor parte de los que tienen lugar fuera de un hospital son por ritmo desfibrilable y potencialmente tratables con un desfibrilador externo automático”.

La Cámara de Comercio de Huesca fue pionera al convertirse, en 2008, en el primer espacio cardioprotegido de la provincia al margen de los de carácter sanitario y mantiene vivo su compromiso de sensibilizar y concienciar a las empresas sobre la importancia de contar con desfibriladores en sus centros de trabajo para poder salvar vidas. En este sentido, el director de Operaciones de Proyecto Salvavidas, Marco Antonio Rodríguez, y la secretaria general de la Cámara, Celia Elfau, han acordado en el marco del convenio la puesta en marcha de acciones de sensibilización dirigidas al tejido empresarial.

La oferta actual consiste en un servicio integral de cardioprotección por 50 euros mensuales que incluye equipamiento de última generación, vitrina y señalética, mantenimiento, seguro de responsabilidad civil y alta en el registro del Gobierno de Aragón. Según el Servicio Aragonés de Salud, se cuentan 52 desfibriladores en la provincia de Huesca, en las cabeceras de comarca y también en localidades como Monflorite, Laluenga, Salas Bajas o Azara.

Esta idea sostiene asimismo a la Sociedad Deportiva Huesca de Primera División. El fundador del Proyecto Salvavidas, Rubén Campo, es oscense como también lo son el director de formación Eduardo Carbonell y los responsables comerciales, Marco Antonio Rodríguez y Cristina Puyuelo. El sistema para los interesados se articula a través de una pulseras que se venden con el fin de recaudar el importe necesario para la adquisición de un pack de cardioprotección. Y no existe un límite temporal para las ventas, sino que cada dos meses se ingresa la recaudación por motivos de seguridad.

El Proyecto es una iniciativa nacida hace diez años en España con el afán de ponerse al nivel de otros países europeos como Francia o Alemania, que superan por diez el número de desfibriladores por habitante. “La intención es dotar de aparatos, formación y mantenimiento de los equipos para poder salvar una vida. Cada año en España mueren 30.000 personas por paradas cardíacas y actuar con un desfibrilador en los primeros cinco minutos aumenta hasta en un 70% las posibilidades de supervivencia”, asegura Rubén Campo.

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