Charlas en chanclas para exponerse al sol sin riesgos

Las bibliotecas municipales de Huesca organizan un ciclo en el que alertan de los malos hábitos en verano

La piscina de la ciudad deportiva alberga varias actividades hasta final de mes.
La piscina de la ciudad deportiva alberga varias actividades hasta final de mes.
Miguel Barluenga

Para que tomar el sol no se convierta en un deporte de riesgo, las bibliotecas municipales de Huesca organizan charlas con las que concienciar a los usuarios de las piscinas de que juegan con fuego si no adoptan las medidas de precaución adecuadas tanto en la piel como en los ojos. El farmacéutico y óptico Paco Barreña expone una serie de consejos que sirven asimismo para derribar las barreras de los tópicos del verano, que a veces se convierten en un fiero enemigo, y del desconocimiento. La última ocasión se le presentó en la ciudad deportiva municipal ‘José María Escriche’ dentro del ciclo que se ha bautizado ‘Charlas en chanclas’.

Los meses de verano llevan consigo una exposición continua al calor que va más allá de las horas que transcurren en la playa, la piscina o en los tórridos mediodías. Para Barreña, el cuidado ha de ser integral y abarcar desde la primera hora de la mañana hasta el crepúsculo. Y la protección total en todo el cuerpo es tan importante como la hidratación continua o la atención a los más pequeños. “Incido bastante en la ocular, porque habría que llevar gafas de sol de una manera casi permanente. Las piscinas son un buen lugar para incidir en estas cuestiones y se trata de un público muy receptivo”, señala el experto.

Las charlas se desarrollan a última hora de la tarde, cuando en muchos casos ya ha transcurrido una jornada continuada al aire libre. Y aunque varios de los consejos se dan por asumidos, muchos otros están menos trillados. “La base es conocida: no tomar el sol en las horas en las que no debe, las intermedias del día; aplicarse una protección siempre antes de la exposición y que sea la adecuada, no la del año pasado ni la que le haya recomendado una persona que no esté bien preparada”, añade Paco Barreña.

Las gafas de sol “han de ser de calidad y comprarse en un establecimiento sanitario para no llevarse sorpresas después. La gente descuida mucho este concepto y merece la pena prestarle la debida atención”. De nada sirve una crema solar de factor 50 si “se ha guardado de una temporada a otra porque entonces ya ha perdido sus cualidades activas. Si me lo pongo y me pinta de blanco el cuerpo para que no llegue la radiación a la piel, vale”. Es decir, que los botes que se guardan en el fondo de un cajón deben tirarse a la basura: “Aunque no se haya terminado, renovadla, por favor”.

Barreña recomienda “pantalla total” puesto que “permite un poco más de margen en la renovación. De nada sirve aplicarse crema y ya no ponerse en todo el día; hay que volver a hacerlo cada hora y media o dos horas”. Asimismo, si el filtro de protección es bajo su acción real es “nula”. En las piscinas se hacen varias cosas mal. “Lo primero es que si vienes a la piscina a ponerte moreno, se trata de un concepto que ha pasado a la historia. Hay que protegerse bien, se puede disfrutar del sol de una manera controlada”, advierte.

Además, en estos espacios se descuidan zonas del cuerpo que normalmente no se exhiben de manera pública y que son “todavía son más frágiles y proclives a la insolación”. También es absurdo el ejercicio de echarse agua por encima, lo que “da un frescor inmediato pero no protege nada. Si me tira la piel por el calor y lo combato nadando dos largos tampoco sirve”.

Las gafas de sol deberían ser de uso más generalizado. Los ojos son “una ventana directa de entrada para la radiación y uno de los tejidos más frágiles del cuerpo humano”. Así que Barreña sugiere que “las gafas de sol deben emplearse con sol o con nubes en la época de verano, cuando más acusada es la radiación”. Un cristal de baja calidad permite “ver más oscuro pero no protege el ojo; al revés, obliga a abrir más la pupila y a exponerla más”. Estas son las cuestiones que se suelen preguntar en estas situaciones. Y el consejo final de Paco Barreña alude a los más pequeños: “Un niño de corta edad no tiene que tomar el sol, hay que taparlo y cuidarlo siempre a la sombra”.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión