Las Noches Mágicas proponen soluciones contra el mal de ojo y otros hechizos

La profesora Carolina Naya, de la Universidad de Zaragoza, habló sobre amuletos y objetos protectores en la inauguración de este ciclo veraniego en Huesca

Carolina Naya es profesora de la Universidad de Zaragoza y ha publicado varios libros.
Carolina Naya es profesora de la Universidad de Zaragoza y ha publicado varios libros.
Miguel Barluenga

El bien y el mal, la religión y las supersticiones se entremezclan para explicar la historia del hombre. Por eso, Las Noches Mágicas del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) proponen todos los veranos un viaje por los mitos y leyendas que configuran lo que hoy somos. Con la puesta de sol, decenas de oscenses se acercan a conocer los ritos con los que durante miles de años se ha simbolizado lo que no se puede ver y a menudo se teme. Este lunes por la noche abrió el ciclo Carolina Naya, profesora de Historia del Arte y Gemología de la Universidad de Zaragoza, que habló de amuletos y gemas protectoras desde los antiguos hasta bien entrado el siglo XX.

Naya guió a los asistentes desde los antiguos egipcios a las costumbres asentadas en el Pirineo. Dos mundos muy lejanos asidos al hilo invisible que conecta todas las civilizaciones: la búsqueda de fórmulas para ahuyentar el dolor. La profesora tituló su conferencia 'Contra las alferecías y el aojamiento: amuletos, detentes y materiales preciosos preservativos o propiciatorios'. Un nombre enrevesado y de explicación sencilla: “La alferecía era la epilepsia, una enfermedad muy común en los niños que siempre se trataba de combatir con estos métodos. El aojamiento era el mal de ojo”.

Durante su exposición, la profesora presentó varios cinturones de lactantes, unos objetos comunes desde los tiempos de Felipe II, que se ajustaban a las cinturas de los bebés y de los que pendían objetos pretendidamente mágicos como “distintos minerales y piedras preciosas, castañas y garras de tejón”. Algunos se conservan en muy buen estado y pertenecen a colecciones privadas; otros se exponen al público, como el que hay en el Museo de Religiosidad y Creencias Populares del Pirineo Central de Abizanda. Su director, Ángel Gari, acompañó a Carolina Naya durante sus explicaciones.

Los antiguos ya establecieron un canon que se ha mantenido desde entonces. Por ejemplo, los objetos puntiagudos sirven para repeler el mal. Y se mantuvieron también los materiales con los que durante siglos el hombre se protegió contra las enfermedades y buscó el amor, la buena suerte y los buenos augurios. “Eran protectores y, a la vez, adornos. Los egipcios introdujeron el lapislázuli y después llegarían el coral, el rubí el diamante… Los chinos ya les dieron forma de animales y en Roma los dedicaron a la fertilidad”, explicaba Naya.

Durante la Edad Media se multiplicó el temor a las supersticiones y ya aparecen los primeros testimonios escritos en fuentes ilustres, como el Lapidario de Alfonso X El Sabio. Y se adquirió una costumbre no demasiado saludable: “Las piedras preciosas se pulverizaban para ingerirse en limonada y otras bebidas”. La religiosidad se fue abriendo paso y el gusto por los talismanes y amuletos se conjugó con el uso de reliquias cristianas. Dos fragmentos de la cruz de Cristo aparecen en el relicario con que enterraron a Carlomagno, rey de los francos.

El rubí fue la piedra más cotizada durante el Renacimiento, por encima incluso de los diamantes porque estos eran más difíciles de labrar debido a su extrema dureza. El coral se empleó “para purificar la casa y contra las tempestades y las fieras”. Otros elementos exóticos a los que se dio forma en tiempos no tan lejanos fueron los cuernos de rinoceronte; se convertían en cuencos neutralizadores de todo veneno. Los relicarios con fragmentos de la Biblia y las ‘labores de monja’ recogieron el testigo de estas creencias ancestrales y las adaptaron a la fe católica.

Las Noches Mágicas del IEA continuaron este martes con una conferencia sobre 'Fuentes del mal: Recuerdos mágicos en la Babilonia antigua y en Aragón', a cargo del profesor de la Universidad de Barcelona Joaquín Sanmartín. El miércoles, Miguel Ángel Motis, de la Universidad de San Jorge, hablará de ritos y ceremonias de judías y conversas en el Aragón medieval; el jueves, para concluir el ciclo, Jesús María Usunáriz (Universidad de Navarra) lo hará de 'Niños víctimas y niños verdugos en los procesos por brujería en el Pirineo en los siglos XVI y XVII'.

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