Los 111 bienes siguen retenidos 20 años después de la primera orden de devolución

Ante la desobediencia de Lérida, Barbastro-Monzón confía en el juicio pendiente.

El obispo Ángel Pérez muestra varias de las fotos de bienes reclamados en el Museo de Barbastro.
Los 111 bienes siguen retenidos 20 años después de la primera orden de devolución
J. L. Pano

El 29 de junio de 1998, el entonces nuncio del Vaticano en España, Lajos Kada, decretó la vuelta de los bienes artísticos de las parroquias de la zona oriental de Huesca segregadas en 1995 de la diócesis de Lérida. Más de un centenar de piezas sacras permanecían desde hacía décadas en depósito en la capital ilerdense y allí continúan porque, cuando se cumplen 20 años de aquella primera orden expresa, el regreso todavía no se ha hecho efectivo. La contumaz oposición de las autoridades eclesiásticas catalanas, primero, y después también de las civiles ha impedido hasta ahora que Aragón recupere este importante patrimonio. Pero la situación podría dar un vuelco en los próximos meses, después de que el obispado de Barbastro-Monzón, en el que se integraron las parroquias afectadas, optara finalmente por acudir a la justicia civil, una vía que los sucesivos prelados siempre se habían resistido a utilizar.

Fue el 13 de febrero de este año cuando se presentó finalmente en el Juzgado de Barbastro la demanda en nombre del obispado y de 43 parroquias contra el obispo catalán, Salvador Giménez, y el Consorcio del Museo Diocesano y Comarcal de Lérida para conseguir la devolución de los 111 bienes. El prelado aragonés, Ángel Pérez Pueyo, insistió en que no le quedaba otra salida tras fracasar todos los intentos de conciliación, y justificó esta medida excepcional en "las reiteradas negativas" de Cataluña a cumplir lo ordenado por el Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, que en 2007 dictó el decreto definitivo que confirmaba la propiedad aragonesa.

Así lo había determinado ya el Vaticano al obligar en septiembre de 2005 a Lérida a devolver las piezas en 30 días. Fue el primer ultimátum y Cataluña siguió con sus maniobras y estrategias dilatorias para eludirlo.

La diócesis ilerdense acudió a la desesperada a la Rota para intentar frenar la entrega, pero en mayo de 2008 tumbó todos sus argumentos y el obispado renunció a plantear nuevos recursos, agotada ya la vía canónica.

Entonces tomó el relevo en el litigio la Asociación Amics del Museu de Lleida –amparada por las autoridades eclesiásticas y políticas–, que interpuso una demanda civil para dirimir la propiedad de 85 de las piezas en disputa (del resto había reconocido que eran de Aragón). Como demandado figuraba el propio obispado catalán, pero la juez dio a Barbastro-Monzón la posibilidad de personarse y así lo hizo.

La primera sentencia civil sobre el conflicto, dictada en septiembre de 2010 por un juzgado ilerdense, no pudo ser más contundente y ratificó que el obispado catalán solo posee las obras como "mero depositario" y el barbastrense es su dueño. Otra victoria que tampoco sirvió para hacer realidad el esperado regreso.

Mientras, Aragón había intentado que un juez validara en España la sentencia del Vaticano, pero el magistrado de Barbastro que estudió el asunto concluyó también en 2010 que la Iglesia debía ejecutar la devolución.

Dos acuerdos fallidos

Tras cerrarse la vía canónica, lo intentó a través de dos acuerdos entre los obispos. El primero, del que se cumplen ahora diez años, lo ratificaron el entonces prelado barbastrense, Alfonso Milián, y el administrador apostólico de Lérida, Xavier Salinas, ante el nuncio Manuel Monteiro de Castro. Pactaron la devolución de las obras en 30 días. Y pese al enésimo incumplimiento, todavía se firmó otro acuerdo en 2010, aunque esta vez sin poner plazos.

Ahora Aragón lo fía todo a que sea el juez de Barbastro el que, una vez celebrado el juicio pendiente, dicte una sentencia favorable, ponga fecha a la devolución y la haga cumplir, al igual que ocurrió con los bienes del monasterio de Sijena, que después de décadas en el Museo de Lérida, fueron sacados allí el pasado diciembre con el auxilio de la Guardia Civil y en un ambiente de tensión y protestas. Mientras, en el Museo Diocesano de Barbastro, se mantienen desde su inauguración en 2010 los espacios reservados para las piezas más destacadas de este lote.

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