Los más rápidos haciendo puzzles en familia

Casi 90 parejas participaron en la cuarta edición del Concurso Intergeneracional de Puzzles.

Marina y Morgada haciendo puzzles con su madre, Chantal.
Concurso Intergeneracional de Puzzles en Huesca.
Rosa Calvo

Pequeñas manos se apresuraba a buscar entre las piezas el complicado fondo blanco que componía la imagen de un gatito, protagonista de uno de los puzzles que tenían que completar los participantes en el Concurso Intergeneracional de Puzzles organizado por las Ludotecas de Huesca. Era la cuarta edición de esta cita, que ha ido aumentando su participación en cada año, alcanzando este sábado las 88 parejas, que se daban cita en la plaza Concepción Arenal de la capital oscense. “Todos los grupos tienen que estar compuestos por un adulto y un niño, divididos en cuatro categorías, en función de la edad, adaptando el número de piezas”, explica María Jesús Laguna, como encargada de la organización del certamen, en el que había hijos con padres, pero también abuelos, tíos o hermanos.

Así, los participantes se dividían en diferentes grupos, formando tandas, en busca de los más rápidos de cada una, que recibían al final los premios donados por diferentes jugueterías de la ciudad -Zarandajas, Más que Hobby, Imaginarium, Juguettos y La Casita de Marta-, y el Planetario de Aragón. Además, todos los puzzles habían sido donados por Educa para el certamen, iguales para cada categoría, con 100 piezas para minipuzzle (5 y 6 años), 200 piezas para mediopuzzle (7-9 años) y maxipuzzle (10-12 años).

Entre los participantes, trucos y técnicas para intentar ser los más rápidos. “Lo mejor es hacer primero los bordes”, explicaba Miranda, una de las pequeñas participantes, que concursaba junto a su madre, a la que también le había tocado ayudar a su hermana mayor, Morgada, en una categoría superior y finalizando cuartas en su tanda. Ambas participaban por segunda vez. “Es una buena forma de pasar el tiempo en familia y haciendo algo que nos gusta a todos”, explicaba la hermana mayor, mientras la pequeña, concentrada, buscaba la manera de dar forma a las orejas del gato. “Siempre nos ha gustado hacer puzzles, pero a veces es una pena no poder tener más tiempo para ello”, decía su madre, Chantal, que agradecía así la iniciativa.

Tras más de dos horas de intensa actividad en la céntrica plaza, en el que el tiempo respetó, y permitió mantener el certamen al aire libre, llegó el reparto de premios. Entre estos había juguetes, puzzles, libros, entradas para espectáculos de teatro, al planetario, bonos de piscina, de ludoparque y también para los campamentos urbanos.

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