La Diputación estima en más de un millón de euros los daños por las lluvias en 16 carreteras

Pide ayuda estatal para reparar los desperfectos que han notificado hasta ahora los ayuntamientos.

Grietas aparecidas en la carretera de Acumuer.
Grietas aparecidas en la carretera de Acumuer.
Heraldo

Las últimas lluvias han provocado una cascada de deslizamientos y desprendimientos que no solo han afectado a carreteras de titularidad estatal, como el puerto de Monrepós (N-330), o autonómica, como Santa Bárbara (A-132). Los accesos a pequeños núcleos de población también se han visto afectados por la caída de rocas y movimientos de ladera y la Diputación de Huesca, que tiene la competencia sobre 500 kilómetros de carreteras y asume la conservación de otros 900, está evaluando esta semana todos los daños para intentar actuar no solo en la urgente limpieza de estas vías, sino en preparar proyectos de estabilización de laderas, muros de contención y actuaciones de prevención.

La situación es tal que los ayuntamientos del Pirineo, a través de la asociación que los agrupa, Adelpa, ha pedido la declaración de zona catastrófica por los daños causados por las lluvias en su red de carreteras, accesos a núcleos, caminos y otras infraestructuras municipales.

De momento, la DPH ha recibido notificación de 16 incidencias por desprendimientos y deslizamientos de laderas, pero siguen llegando. Uno de ellos se ha producido en Acumuer (Sabiñánigo). Es uno de los más graves "porque hay unas grietas muy importantes al lado de la ribera del río cuya estabilización podría costar perfectamente unos 300.000 euros a falta de un estudio en profundidad", apunta Joaquín Monesma, responsable de Obras de la Diputación, quien estima que el coste de los daños trasladados hasta ahora podría ascender a 1,2 millones de euros.

Otra de las carreteras más afectadas ha sido el acceso principal a Olvena (HU-912), en la comarca del Somontano, donde cayeron dos grandes rocas y otras más pequeñas que taponaron toda la calzada y causaron serios daños en el asfalto, interrumpiendo la circulación durante 5 horas.

Desde la DPH han enviado una carta a todos los ayuntamientos para que "a la vista de las recientes y extraordinarias lluvias y de cara a solicitar a la Administración General del Estado la declaración de zona especialmente afectada, hagan una evaluación de todos los daños en los accesos y en las carreteras locales y provinciales". Pero además de las brigadas municipales, los ingenieros de la propia Diputación y los vigilantes de obras están inspeccionando las carreteras locales y provinciales para evaluar los desperfectos "y actuar en aquellos que sean más urgentes". También analizan dónde será necesario acabar de sanear los materiales que hay quedado sueltos.

Los ayuntamientos también pueden comunicar otros desperfectos en caminos agrícolas y pistas forestales, aunque en este caso esperan poder tener colaboración de otras administraciones "para que lo afrontemos de forma colectiva".

Monesma destaca que en la última semana,  "en el momento en que tenían constancia de un desprendimiento, se señalizaba y se empezaba a trabajar, incluso de noche". Y en este sentido, valora la coordinación entre el servicio de emergencias y la UTE de empresas que se encargan de la conservación de las carreteras.

El responsable provincial de Obras explica que estos primeros gastos los están asumiendo en solitario por ser actuaciones de emergencia. Sin embargo, recalca que en la reunión interinstitucional que se convocó el pasado domingo en Sabiñánigo para coordinar las medidas a poner en marcha tras el hundimiento en el Monrepós y el desvío de todo el tráfico por la A-132, ya les pidieron a la subdelegada del Gobierno, María Teresa Lacruz, y al presidente del Gobierno en Aragón, que además de las riadas y la carretera N-330, incluyesen en una posible declaración de zona catastrófica o de actuación preferente a toda la provincia de Huesca para que pueda llegar dinero del Ministerio. "Si no, lo vamos a tener que asumir todo desde la Diputación y si a eso le añadimos el sobrecoste que vamos a tener este año con el servicio de bomberos, se nos verá mermada la capacidad de inversión en otras mejoras e infraestructuras", avisa.

Joaquín Monesma destaca que, por fortuna, no ha habido que lamentar daños personales como sí ha ocurrido en la vecina Lérida, donde un desprendimiento en una carretera de la Diputación Provincial sepultó un vehículo con dos personas que resultaron fallecidas. "Un imprevisto así nos puede pasar a cualquiera, igual que ha ocurrido también en Monrepós, aunque desde la DPH intentamos estar muy pendientes de nuestra red. De hecho, tenemos un buen número de vigilantes y los ingenieros también están cuatro días por semana por carretera para comprobar su estado". Y es que resalta que en el Pirineo hay municipios con numerosos núcleos pequeños diseminados y muchos kilómetros.

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