Sixto Marín: “Tenemos 40 o 50 pueblos vacíos que todavía podrían recuperarse"

Arquitecto y profesor, ha estudiado los casos de los 31 pueblos repoblados en el Alto Aragón y trabaja en otra investigación sobre los 150 que quedan deshabitados que quedan deshabitados.

El arquitecto Sixto Marín, en el Coso de Huesca.
El arquitecto Sixto Marín, en el Coso de Huesca.
Rafael Gobantes

Es autor de un estudio financiado por la Diputación Provincial sobre los 31 pueblos recuperados en el Alto Aragón en las tres últimas décadas. ¿No existen experiencias anteriores?

Es a partir de la democracia cuando se pone en cuestión la política con los pantanos y cuando hay un punto final en el desplazamiento masivo de gente del territorio. En paralelo, se mejoran las carreteras, se dota de servicios a las cabeceras de comarca y llega la luz y el agua a sitios donde no había. Así, gente que había hecho el camino hacia la ciudad, vio la oportunidad de volver.

¿O sea, que volvieron cuando tuvieron carreteras?

Paradójicamente, las primeras carreteras ayudaron a sacar a la gente pero cuando mejoraron los servicios regresaron. Eso sí, son muchos menos los que han vuelto que los que se han ido. He visto un pueblo lleno de vida con unas limitaciones terribles, pero según llegaban los servicios, se iba vaciando. Es un proceso que parece incomprensible. Hay que darles una segunda oportunidad.

¿Cree que su estudio demuestra que existen soluciones para frenar el proceso de la despoblación, o al menos que es viable el regreso a un pueblo vacío?

Es un fenómeno de escala muy pequeña. El desplazamiento masivo de gente ha sido tan intenso que volver al estado original es imposible. Cuando se habla de densidades de 12 habitantes por km², sorprende, pero en Finlandia o Estados Unidos hay zonas con menos. Frente a estos sitios, donde el desierto o la tundra los hacen inhabitables, el nuestro es perfectamente habitable, y tenemos pueblos con un valor patrimonial inmenso. Un patrimonio que se está cayendo. En otros lugares es obligado conservarlo, y aquí parece que nadie hace nada. Además, tendríamos más ojos que vigilaran el territorio, por ejemplo, por si hay incendios.

Pero representan una gota en un océano.

Sí, pero la asociación Artiboraín son más de 80 personas, entre Aineto, Ibort y Artosilla. En Aineto hay más de 40 personas, y la mitad niños. Es un pueblo lleno de vida. No van a ser pueblos más grandes, pero es importante que existan estas experiencias. Si solo hiciéramos caso a los criterios de funcionalidad, iríamos todos a las ciudades grandes. Sin embargo, hay gente que está empeñada en vivir a otro ritmo, de otra manera, con otras expectativas.

Este no es proceso de repoblación dirigido, ¿no?, sino iniciativas individuales que no tienen que ver unas con otras.

Hay 31 iniciativas, algunas se parecen, pero cada una es peculiar y depende en gran medida de las personas u organizaciones que las han dinamizado. Están la fundación Benito Ardid, la asociación Artiboraín o los sindicatos, con unos centros vacacionales de 10, muy bien organizados y con un impacto sobre el territorio supercontrolado. Pueblos de particulares, como Lanuza, que de estar vacío por el pantano, ha pasado a ser un sitio estupendo donde mucha gente quiere ir a vivir o tiene una casa de fin de semana, es otra forma de ocupar el territorio. Algunos lo critican, pero si hay 10 familias y dos se quedan... Las casas están mantenidas y gente que se hace mayor decide establecerse allí.

Hasta aquí, la parte positiva, ¿pero y la negativa?

El fenómeno de los pueblos ocupados ilegalmente. Generan un problema de seguridad para ellos mismos. Nadie sabe quién vive allí ni en qué condiciones. Una ventaja de tener reconocimiento administrativo es la garantía de servicios, seguridad y visibilidad. Hay dos casos que funcionan: Sieso de Jaca y Mipanas, donde incluso hay niños y están empadronados. En Mipanas existe un concejal. Pero en otros casos, en La Solana (Fiscal), ni siquiera quieren ser vistos, no porque hagan nada malo sino porque no quieren que les molesten. Deben entender que la propiedad no es suya y si se produce un incendio, nadie los va a socorrer.

¿Y en estos casos, cuál es el papel de la administración?

La administración tiene un patrimonio del cual se desentiende, unos pueblos de su propiedad pero que no están cerrados. Aunque también entiendo que intenta evitar el efecto llamada. He hablado con ellos, y no es fácil. Es un diálogo que muchas veces rompen los ocupantes. En la zona de la Solana hay 10 o 12 pueblos ocupados, casi todos, algunos solo en verano, sin servicios.

Por contra, ¿otros son ejemplos de buenas prácticas?

Cada bloque tiene el suyo. Montañana es ejemplo de recuperación patrimonial; Lanuza, también, como iniciativa de los antiguos propietarios; o Isín, un centro vacacional adaptado a personas con minusvalías, lo cual demuestra que estos pueblos admiten cierta transformación.

¿Cómo es su calidad de vida?

Muy buena, pero asumiendo que estás donde estás. Dependes del coche. Aquí no cabe pensar en especulación, no es lo que se ha hecho en Latas, con 2.000 viviendas de golpe. Si en lugar de eso, se hubiera cogido los 10 pueblos que hay en la zona y en cada uno hubiera habido unas viviendas...

Su trabajo ha interesado mucho en otras comunidades, porque la España vacía es un fenómeno global. ¿Estos casos de Huesca tienen alguna singularidad?

Las de Huesca son experiencias que han cuajado bien, y muchas desde la iniciativa privada. Cuando la gente dice ‘esto solo se recupera con subvenciones’, no es verdad. Más de la mitad son experiencias de gente que ha puesto su dinero. Mi estudio ganó un concurso internacional para recuperar dos pueblos abandonados en Omán. Fui allí para explicarles lo que se había hecho en Huesca y eso decantó la balanza.

¿Qué pueden hacer los poderes públicos para revertir el fenómeno de la despoblación?

En Escocia, con un territorio perfectamente ocupado, hay beneficios fiscales y oportunidades para la gente que va allí. Entienden que cuesta más vivir en esos sitios, por el clima, su lejanía... Hay que hacer fichas, una buena cartografía y analizar el patrimonio, porque no se sabe qué hay. Y sobre ello, un proyecto, si no para todos, sí para algunos, con agua, luz y saneamiento. La administración no se mete porque cuesta dinero llevar los servicios, pero sí puede dar facilidades.

Ahora está trabajando en otro proyecto sobre el conjunto de los despoblados. ¿Cuántos podrían seguir este camino?

Tengo ordenados en fichas 150, y de estos 40 o 50 podrían seguir el mismo proceso. Algunos son muy visibles, como Tiermas, junto a Yesa, o Escó, al lado de la carretera. Es incomprensible que no estén recuperados.

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