Las comarcas alegan al decreto de casas rurales porque exige medidas similares a los hoteles

Consideran que la nueva normativa aplica requisitos que "alteran" el espíritu de este tipo de turismo, que no se identifica con el modelo urbano.

Casa Lanau, caserón tradicional de piedra y madera en la Latorrecilla, en el Sobrarbe.
Casa Lanau, caserón tradicional de piedra y madera en la Latorrecilla, en el Sobrarbe.
Turismo Verde

Conseguir las espigas que indicarán la categoría de las casas de turismo rural verde no va a ser fácil. Prácticamente todas las comarcas de Huesca han presentado alegaciones al decreto por el que se aprueba el reglamento de ordenación y regulación de este tipo de alojamientos en Aragón. La Diputación Provincial también ha alegado contra esta normativa porque "obvia la idiosincrasia con la que fueron creados y es incoherente que se les trate como si fueran hoteles o aparthoteles".

Pasillos anchos, ascensor o una carta de almohadas son algunos de los requisitos que exige el decreto para obtener el mayor número de espigas. Francisco Parra, presidente de la Asociación Turismo Verde, entiende que al cambiar el tipo de clasificación "el resultado final va a ser que tendremos un nota muy inferior a la de ahora". "Pretender la máxima categoría supone aspirar a un modelo que nos identifica más con el hotelero urbano que con la calidad de los alojamientos en el medio rural", añade.

Una de las alegaciones presentada por la Comarca de Sobrarbe, y suscrita por el resto de entidades, señala que con esta normativa, la categoría de un establecimiento puede circunscribirse en alguna ocasión "a un tema meramente de medidas de superficie (y en concreto de 20 cm) y no a otros aspectos como la calidad en la prestación del servicio y el equipamiento del establecimiento, que puede ser de elevado cuidado y confort".

Tanto las administraciones como los afectados señalan que hay que tener en cuenta que este tipo de alojamientos "suelen ser edificios antiguos rehabilitados, lo que ha supuesto un plus en la recuperación del patrimonio de muchos pueblos". En este sentido, desde la Diputación apuntan que en muchas casas rurales, por su tipología y ubicación, "no es posible ni técnica ni económicamente" colocar un ascensor o un elevador o ensanchar un pasillo.

La presidenta de la Comarca de la Jacetania, Montse Castán, manifiesta que la nueva normativa impone unos requisitos técnicos y de espacio que "se pueden cumplir si es un edificio nuevo, pero no cuando es uno rehabilitado". "Nos duele que se legisle desde el punto de vista del turista y no se piense tanto en quienes viven en estas casas y sacan adelante su negocio", añadió. En su opinión, las exigencias que impone este reglamento "vetarán el emprendimiento en el medio rural y desmotivarán a la hora de iniciar nuevos proyectos".

Algunas de las alegaciones inciden en que estos alojamientos se crearon como un complemento económico para las familias asentadas en el medio rural y para permitir a los turistas disponer de un modelo con servicios más cercanos y diferenciados.

Despoblación

En su escrito de alegaciones, la Diputación destaca que este decreto debería ser una oportunidad para generar una legislación ‘ad hoc’ tan demandada para luchar contra la despoblación, "facilitando y favoreciendo la instalación de nuevos promotores". Pero parece lo contrario, puesto que "prevé muchas cuestiones técnicas y medidas insalvables para los dueños de casas rurales".

Denuncian que las inversiones requeridas "son desproporcionadas a los ingresos que puedan obtener". Asimismo, se incide en que "este proyecto resulta incoherente con las medidas de lucha contra la despoblación aprobadas por el propio Gobierno de Aragón recientemente".

Parra señala que la legislación sobre las viviendas rurales precisaba de una revisión y afirma que la nueva norma tiene también aspectos "muy positivos". Es el caso de la incorporación de la figura del agroturismo, que une la propuesta de alojamiento y la de una actividad relacionada con la agricultura o ganadería "para que el viajero se implique y familiarice con la vida en este medio". "Este concepto existe en otras comunidades pero en Aragón no estaba contemplado", apunta.

El presidente de la Asociación Turismo Verde está convencido de que la nueva norma tenía que ser "una oportunidad de oro para hacer del sector del turismo rural una herramienta estratégica que contribuya a fijar población", pero "no una norma que no se inspire en nuestros valores tradicionales". "Que no nos quieran hacer parecer algo que no somos, porque las casas rurales no somos hoteles sino proyectos pequeños con muy poca oferta de plazas que contribuyen a completar la economía familiar", apostilla.

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