Es la calle comercial por excelencia y, por tanto, la más buscada por quienes quieren abrir una tienda, pero la actividad en el Coso de Huesca no termina de remontar como se esperaba. Tres años después de finalizar las obras de peatonalización, casi el 20% de los locales están cerrados o a punto de hacerlo y los letreros de ‘Se alquila’ forman parte del paisaje del centro de la ciudad, tanto que en algunos tramos su presencia se ha cronificado. Las causas, según los empresarios, son múltiples y diversas.

En las últimas semanas, dos comercios han echado la persiana en la zona peatonal del Coso Alto y otros anuncian su cierre inmediato. La escasez de las ventas no es siempre la causa en un sector que en la capital oscense es el tercero en empleo, por detrás de la administración pública y los servicios sanitarios. "Son muchos los frentes que tenemos abiertos y el problema es que la mayoría de los establecimientos de Huesca son de una sola persona", señala la presidenta de las Asociación de Comerciantes, Isabel Claver.

La portavoz de los empresarios comenta que la gente que cierra "no te dice que es porque no vende sino porque se van a vivir fuera o por temas familiares". "Si el negocio no da para otra persona que lo saque adelante y se te presenta una circunstancia como atender a los hijos o a los padres no te puedes coger una excedencia u otro trabajo", explica Claver. "Un comercio así, o lo atiendes o tienes que cerrar. No hay otra solución", afirma Claver de forma taxativa. Está, además, la falta de relevo generacional.

La presidenta de la asociación reconoce que Huesca "necesita una inyección a nivel económico porque las pequeñas empresas necesitan un flujo de gente para poder subsistir". No obstante, afirma que las dificultades del comercio tradicional, como el que hay en Huesca, van más allá de esa reactivación e incluso del número de habitantes de la ciudad. Como en otros sectores, el problema al que se enfrentan los comerciantes no tiene una sola cara. De hecho, la costumbre de los oscenses de realizar sus compras en Zaragoza ha dejado de ser la gran amenaza para la pervivencia de las tiendas del Coso, como se denunciaba hace unos años.

Isabel Claver indica que "ese es solo uno de los frentes que tenemos abiertos". Otros son internet, los impuestos, los alquileres, el que la gente no esté concienciada con la repercusión de su consumo... Pero el cambio que se está produciendo en los sistemas de venta es lo que más asusta, porque no se trata solo de la compra ‘on line’. La presidenta de la Asociación de Comerciantes destaca que "no todo el mundo que está en internet vende, lo hacen dos grandes monstruos que cotizan en paraísos fiscales y tienen el monopolio", asegura.

Un síntoma "negativo"

La concejala de Desarrollo de Huesca, Pilar Novales (Cambiar),  asegura que ve con preocupación el cierre de locales comerciales en el Coso "y en otras partes de la ciudad". Es un síntoma negativo que se abran negocios que no se pueden mantener y cierran o que no haya relevo generacional. Otro tema es el precio de los locales, que en algunos puntos del Coso está entre 4.000 y 6.000 euros. "El Ayuntamiento no tiene herramientas que incentiven su salida al mercado a través de la política fiscal", señala.

Novales comenta que a través de los convenios con la Asociación de Comerciantes se van a poner en marcha acciones para actuar sobre las dificultades con las que se encuentra el sector, como el impulso a la venta de productos propios y la proximidad. "Ahora hay un tema clave que es la venta ‘on line’, a la que el pequeño comercio se tiene que incorporar porque hay una tendencia generacional hacia ese tipo de consumo", afirma la concejala.

La visión del presidente de CEOS-Cepyme, Carlos Bistuer, es más optimista: "Huesca está creciendo, ha recuperado el empleo perdido y somos la provincia y la ciudad con menos paro de España". En su opinión, que haya tantos locales cerrados es por que "debe ajustarse la oferta y la demanda". Otro de los obstáculos para el comercio es, según dice, el tamaño de ciudad. "El módulo entre la ciudad y su zona de influencia es de 65.000 habitantes y muchas franquicias no pueden desarrollarse cuando es de menos de 100.000", explica. La reapertura del cuartel Sancho Ramírez será importante para avanzar en este crecimiento porque "no solo viene una actividad sino que trae a toda su fuerza laboral".