¿Por qué (casi) nunca nieva en la ciudad de Huesca?

Los últimos temporales han vuelto a pasar de largo de la capital, donde hace ya 13 años que no cuaja una nevada. Los expertos, sin embargo, no encuentran ninguna anomalía.

Existe la leyenda urbana, muy extendida en algunas zonas de España, de que los oscenses prácticamente conviven en invierno con los osos polares y los pingüinos por la cantidad de nieve que hay en la ciudad. Pero nada más lejos de la realidad. Los recientes temporales lo han vuelto a demostrar, ya que a pesar de que más de medio país se ha cubierto de nieve y los pronósticos habían anunciado que la capital oscense también podría amanecer algún día teñida de blanco, al final las previsiones no se cumplieron y los vecinos de Huesca tuvieron que conformarse, una vez más, con observar la nieve desde la distancia. El martes llegaron a caer algunos copos, pero insuficientes ni siquiera para blanquear.

Hace ya 13 años que no cuaja una nevada. Fue el 22 de febrero de 2008, cuando se tuvo que activar el Plan de Emergencias Municipal de Vialidad Invernal de forma urgente después de que la nieve apareciera por sorpresa y colapsara la capital. Jacobo Morlán, el jefe de Intervención del parque de bomberos, recuerda perfectamente las consecuencias que dejó aquella inesperada nevada y la ayuda que prestaron entonces los operarios del Ministerio de Fomento para salar por la noche toda la ciudad ante la falta de medios de entonces.

También Joaquín Abiol, responsable de Protección Civil de la Hoya, asegura que en estos años han tenido que ir a echar sal incluso a Igriés, a solo 9,5 kilómetros de la capital.

Sin embargo, los expertos no encuentran ninguna anomalía. Rafael Requena, delegado de la Aemet en Aragón, explica que aunque la semana pasada la cota de nieve llegó a bajar en Teruel a 200 metros y se vieron copos hasta en Zaragoza, "en Huesca no nevó porque el aire en ese caso entraba por el Mediterráneo, que no es tan frío y la cota estaba más alta, a 800 o 1.000 metros". Además, destaca que los frentes atlánticos, que son los que más nieve suelen dejar, "llegan al valle del Ebro ya muy rotos".

También Miguel Ángel Saz, del departamento de Geografía de la Universidad de Zaragoza, cree que la nieve ‘olvidó’ a Huesca "por esa entrada de aire del Mediterráneo". A su juicio la falta de nevadas en la capital es normal "porque tampoco llueve mucho". Y deja claro que "no hay ninguna pantalla orográfica" que justifique esta sequía. "El valle del Ebro está encerrado entre el Pirineo y la Ibérica y la mayor parte de las situaciones que pueden traer nieve a la península vienen desde el Atlántico. Y cuando llegan al valle, están ya muy desnaturalizadas. Por eso, para que nieve tienen que ser situaciones excepcionales", dice.

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