El fenómeno de la inmigración ha propiciado que la ciudad de Huesca haya ganado casi 4.500 habitantes en los últimos 15 años, lo que supone un aumento de población de más del 9% que en los últimos años, eso sí, se ha estancado manteniendo la cifra global en torno a los 52.000. Y uno de los aspectos más llamativos es que esa expansión se ha concentrado especialmente en la zona sur ya que el barrio de San Lorenzo ha absorbido el 75% de ese incremento con 3.325 nuevos vecinos. De hecho, hoy en día el 44% de los oscenses residen entre este barrio y el vecino de Santo Domingo y San Martín.

El desarrollo de las nuevas urbanizaciones de los polígonos 41 y 29, con miles de nuevas viviendas, ha impulsado el aumento demográfico de un barrio que ha crecido casi un 35% desde el año 2004. Del resto de la ciudad, solo dos zonas más han registrado un incremento poblacional por encima de la media en este período, María Auxiliadora (+17,9%) y Santo Domingo (+9,8%), precisamente las dos donde también se levantaron numerosos bloques durante la época del ‘boom’ inmobiliario.

Dos barrios más han ganado habitantes aunque por debajo de la media. Se trata del Perpetuo Socorro y del Casco Viejo, ambos con porcentajes que rondan el 7,5%. En ambos, la principal causa no es tanto la ocupación de nuevas viviendas como la llegada de población inmigrante.

En la otra cara de la moneda hay otras tres zonas de Huesca que han perdido población en estos últimos 15 años. Este ranquin negativo lo lidera el barrio de San José, donde sigue disminuyendo el número de habitantes y, además, está envejeciendo a pasos agigantados. Y la prueba es que el 30% de sus vecinos han superado ya los 65 años.

En la capital hay un total de 9.929 personas que han rebasado esa franja de edad, lo que sitúa la media en un 18,8%. En Santiago, uno de cada cuatro vecinos también han cumplido 65, mientras que San Lorenzo es el que menos vecinos mayores tiene (14,8%).

Los otros dos barrios con un balance demográfico negativo desde 2004 son la Encarnación (-3,81%) y Santiago (-1,9%), donde también parece haber hecho mella el envejecimiento de sus vecinos y el escaso número de viviendas nuevas construidas en este mismo período.

El fenómeno de la inmigración alcanzó su punto álgido hace una década, cuando Huesca contaba con más de 6.500 personas procedentes de otros países. Desde entonces, y a raíz sobre todo de la crisis, este colectivo ha ido disminuyendo paulatinamente y, según los últimos datos del padrón, actualmente hay 4.823.

Esta caída se ha visto reflejada especialmente en algunos barrios como el Perpetuo Socorro, donde uno de cada cuatro vecinos llegó a ser extranjero. Hoy por hoy, el porcentaje de inmigrantes se sitúa en el 14,6% después de pasar de 1.441 a 862 (-40%).

Los siguientes barrios que más población de fuera han perdido los diez últimos años son San José (-37%), Casco Viejo (-30%), Santiago (-27%) y Santo Domingo y San Martín (-24%). Por contra, las zonas donde menos impacto ha tenido el regreso de inmigrantes a sus países de origen han sido la Encarnación (-6%), San Lorenzo (-10%) y María Auxiliadora (-14%).

"Cicatrices urbanísticas"

Javier Moreno, presidente de la Federación de Barrios Osca XXI, cree que en la época del ‘boom’ se debería haber "influido" más con los constructores para que, además de desarrollar nuevos polígonos "a lo grande", fueran "rellenando" la zona centro "porque han quedado heridas abiertas en muchos solares y zonas de viviendas antiguas como la plaza de San Félix y San Voto o Vilas que va a costar que cicatricen".

También destaca que el crecimiento de barrios como el Perpetuo o la Encarnación está constreñido por los polígonos industriales, y también la escasez de nuevas viviendas de tres y cuatro habitaciones que está haciendo que familias jóvenes que en su día llegaron a María Auxiliadora, por ejemplo, se muden a otros barrios porque sus pisos se les quedan pequeños al tener varios hijos.