El tramo pendiente de la autovía Huesca-Lérida costará un tercio menos del precio de licitación

La oferta mejora valorada, presentada por Vidal y Copcisa, rebaja el importe de la ejecución de 69,3 a 46,7 millones. La escasa dotación prevista para este año demorará las obras hasta 2019.

Tramo pendiente de desdoblar, a la altura de Tierz, el pasado lunes.
Tramo pendiente de desdoblar, a la altura de Tierz, el pasado lunes.
Verónica Lacasa

El Ministerio de Fomento se ahorrará un tercio del presupuesto previsto en la construcción del tramo pendiente de la autovía Huesca-Lérida (A-22). La escasez de obra pública ha jugado, una vez más, a favor de las arcas públicas, al favorecer la competencia entre empresas constructoras y, con ello, importantes bajas sobre el precio de licitación. Hasta el punto de que la mejor valorada, que ha presentado la constructora aragonesa Vidal Obras y Servicios junto a la catalana Copcisa, se compromete a rebajar el coste de 69,3 a 46,7 millones de euros.

Aunque en el sector de la obra pública ya se conocen las valoraciones de las 23 ofertas que se llegaron a presentar, aún se tardará en hacerse oficial la adjudicación del tramo Huesca-Siétamo. El secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, Roberto Bermúdez de Castro, señaló la semana pasada que la contratación se hará efectiva a lo largo del primer trimestre. El contrato paralelo para el control y vigilancia de las obras tardará un poco más, ya que la apertura de las ofertas no se hará hasta principios de marzo y, por tanto, su adjudicación se alargará al menos otro mes.

Con esta decisión, se pondrá fin a cinco años de bloqueo de las obras de los 12,78 kilómetros de la N-240 que quedan por desdoblar a la salida de la capital. Esto no quiere decir que en primavera se vayan a ver máquinas, puesto que la dotación presupuestaria prevista en el programa plurianual es inferior al millón de euros.

Así, las contratistas solo podrán acometer a partir del verano los trabajos preparatorios, de modo que el movimiento de tierras se hará realidad a partir de 2019 si se cumple el cronograma.

Esta situación no es ajena a la realidad de otras infraestructuras viarias de calado de la red estatal en Aragón. Este es el caso del desdoblamiento de la carretera de Logroño (N-232), entre Figueruelas y Gallur, que pese a adjudicarse en 2015 y disponer de partida en 2016 solo se trabajó en el desvío de los servicios afectados al contar con el 10% del importe de adjudicación. Para acometer este año el tramo pendiente de la A-22 se dispondrá incluso de menos dinero, de un 2,1% de la cantidad ofertada por Vidal y Copcisa.

Las citadas fuentes del sector destacaron el impulso que puede suponer para las empresas de la zona que una UTE radicada en Aragón se lleve una obra tan importante. "Supone un espaldarazo al empleo al garantizar carga de trabajo para los próximos años", señalaron.

La licitación establece que las adjudicatarias deberán desdoblar el tramo Huesca-Siétamo en tres años, de modo que el grueso de las obras entre Huesca y Siétamo se acometerán entre 2019 y principios de 2021.

Con su finalización, se acabará con un cuello de botella por el que transitan una media de 12.000 vehículos diarios (y puntas de hasta 15.000 en verano). Esto lo convierte en uno de los tramos con mayor intensidad de tráfico de la provincia, solo superado por la autovía entre Huesca y Zaragoza (A-23).

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