Condenado a 12 años de prisión un sexagenario reincidentepor prostitución de menores

El acusado, que ya cumplió diez años por agresión y abusos sexuales, ofrecía dinero a chavales a cambio de relaciones.

La Audiencia Provincial de Huesca ha condenado a un hombre de 63 años de edad y natural de Monzón a penas que suman 12 años, cuatro meses y un día de cárcel por delitos continuados de prostitución de tres menores de 13 y 14 años a los que ofreció dinero en varias ocasiones a cambio de relaciones sexuales, además de otro delito continuado de exhibicionismo y de un abuso sexual en grado de tentativa de un joven de 18 años.

El tribunal ha aplicado la agravante de reincidencia ya que en el año 2003 ya fue condenado a un total de diez años de prisión por  un delito de agresión sexual y otros dos de abusos. Y aunque terminó de cumplirlos en 2012, la sentencia hace hincapié en que no pueden estimarse cancelados los antecedentes ya que el acusado volvió a delinquir antes de que pasara el plazo de cinco años desde la extinción de la pena.

Los hechos enjuiciados se remontan al periodo comprendido entre abril de 2015 y febrero de 2017. La Audiencia Provincial considera probado que el condenado ofreció relaciones sexuales en la calle y en los baños de una estación de autobuses a tres menores. Al insistir tanto, una de las víctimas, de 14 años, "se enfadó y le gritó, llegando a empujar al acusado para que se apartara de él y le dejara en paz", señala el fallo. Antes de estos hechos, el menor y sus amigos habían pedido dinero al procesado para jugar en las máquinas recreativas.

A otro de los menores, de 13 años de edad, el acusado le hizo el mismo ofrecimiento sexual hasta en cinco ocasiones "cada vez que le veía por la calle".

Y al último de los menores, de 14 años de edad, llegó a darle 5 euros en la estación de autobuses y a los pocos días se volvió a encontrar con él en los baños del mismo recinto y el acusado se bajó los pantalones delante del menor ofreciéndole 80 euros a cambio de una relación sexual. Algo que volvió a repetir un mes después, reiterando el acusado estas ofertas "cada vez que le veía" hasta febrero del 2017, cuando fue detenido por esta causa.

Aparte de estos menores de edad, el procesado se encontró el 20 de febrero de 2017 en la misma estación de autobuses con otro joven de 18 años que le pidió diez euros. El acusado le contestó que bajara con él a los baños ya que no quería que la gente viera que le daba dinero. Y una vez allí, le pidió mantener una relación sexual a cambio de esa cantidad. El joven se negó y el acusado reaccionó intentando "insistentemente" hacerle tocamientos "pese a ser apartado a empujones", y terminó dándole los diez euros al verse sorprendido por un testigo que los grababa.

La sentencia considera que las manifestaciones realizadas por las víctimas fueron "convincentes, creíbles y concluyentes". Y recuerda que el propio acusado reconoció que era él el que hablaba en una grabación en la que le hacía un ofrecimiento sexual a uno de los menores cuando estaba en compañía de otros amigos.

Ningún trastorno mental

La Audiencia Provincial de Huesca destaca que en este caso no concurre ninguna circunstancia que pueda modificar la responsabilidad criminal. Y en este sentido destaca que el médico forense, al reconocer al acusado, "no observó alteraciones significativas de las bases psicopatológicas que permiten a una persona entender, comprender y decidir el alcance y las consecuencias de sus actos y por tanto ser responsable de los mismos".

El tribunal recuerda que el delito de prostitución de menores se puede aplicar tanto al que promueva, favorezca o facilite esta actividad, como a quien "solicite, acepte u obtenga a cambio de una remuneración o promesa una relación sexual con una persona menor de edad, que es precisamente lo que hizo el acusado".

Además de las penas de prisión, la Audiencia le condena al pago de más de 10.000 euros en multas y le prohibe acercarse a los domicilios, institutos o lugares de ocio en los que se encuentren los menores en un radio de 400 metros, así como comunicarse con ellos por cualquier medio, durante periodos que oscilan entre los cinco y los diez años. Por último, le condena a diez años de libertad vigilada que se ejecutará con posterioridad a las penas privativas de libertad.

Absuelto de pornografía

Por otra parte, en el momento de su detención, el acusado tenía un teléfono móvil en el que los investigadores encontraron 17 fotografías en las que personas jóvenes, "que pudieran o no ser menores de edad", exhibían sus órganos genitales. Y aunque la Fiscalía pidió un año de prisión por un delito de pornografía infantil, el tribunal ha decidido absolverle al considerar que se trataba de "meros desnudos" que no puede afirmarse que tuvieran fines principalmente sexuales.

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